Decir adiós nunca ha sido tarea fácil, y hacerlo se vuelve doblemente difícil cuando a quien tienes que decir adiós es al ser que ha estado, en el sentido literal de la palabra, desde que eras una bebé, y es más difícil aún cuando apenas tienes 6 años.
Esta es precisamente la historia de Linn Bakker, de Dan Helder, Holanda. Ella creció junto a Jaden, un bulldog de avanzados 7 años, pero que se convirtió desde el principio en su compañía constante y en su mejor amigo.
Esta mascota tenía 7 cuando Bakker nació, así que cuando ella apenas tenía 6, él ya estaba envejecido. Tenía 13 años, estaba sordo, ciego y apenas podía caminar. Así que Jeffrey, el papá de Bakker, decidió llevar a Jaden al veterinario y el veredicto fue que lo mejor para el perro era ponerlo a dormir.
“Lynn no hacía nada sin Jaden, y él prácticamente la dejaba que hiciera lo que quisiera: que se sentara en él, que el pusiera accesorios, pasaban tardes muy divertidas”.
El padre decidió documentar con fotografías esta amistad especial entre su hija y Jaden, y sin quererlo capturó lo importancia que un perro puede tener el en desarrollo de un niño, enseñándolo a ser paciente y aumentando su confianza.
Pero por encima de todo, Jaden, Lynn y Jeffrey aprendieron poderosos mensajes acerca del amor y de “dejar ir”.
Jaden acompañaba a su dueña a cualquier parte
La conexión entre ambos dejó una huella muy importante
“Lynn es muy pequeña y no quería que olvidará los bonitos recuerdos que le había dejado esta amistad con Jaden”.
Desafortunadamente, a lo único a lo que no se le puede ganar es al tiempo
Jaden se veía cada día más cansado y enfermo
Y aunque la despedida realmente nos conmueve hasta las lágrimas…
Jaden estará por siempre en el corazón de Lynn
Estas imágenes refuerzan la creencia de que los perros son el mejor amigo de los niños, y también son los grandes maestros de la vida, entregan sin esperar y ayudan a ser mejor personas, a amar incondicionalmente.