Teñir tu cabello es toda una odisea, tanto si lo haces tú misma como si vas con un profesional. Creemos que todo acabará en un color lindo y ya, ¡pero no! La aventura sigue y sigue.
Si estás pensando en pintarte la cabellera, estas son 10 cosas que debes saber pero nadie te ha dicho. Y si llegamos tarde y ya lo teñiste, son situaciones con las que te sentirás identificada y desearías que alguien te hubiera advertido.
1. La textura no será la misma
No es necesariamente algo malo, ya que podrías conseguir el volumen que siempre has buscado. Esto se debe a que los químicos resecan tu melena y le dan un poco de frizz. Pero si quieres evitar este efecto, debes limitar la cantidad de veces que lo tiñes.
2. El color se desvanecerá
Aunque hay tintes que duran más que otros, la verdad es que ninguno es permanente, por eso después de varios días tu cabello perderá pigmentación y se verá más claro que el tono original. El truco para que te dure más es lavártelo cada tercer día. Además, como tip adicional, antes de entrar en la piscina es bueno que mojes tu pelo en la regadera para que no absorba el cloro de la alberca.
3. Tu dinero se irá en champús especiales
Para mantener tu cabello sano a pesar de los químicos de los tintes, debes usar champús y tratamientos que contrarresten los efectos dañinos. Toma en cuenta que estos productos son más costosos que los de tu rutina diaria, pero valdrá la pena la inversión.
4. Cambiar el color es complicado
Teñirlo de otro color no es tan sencillo como simplemente ir a la tienda y comprar una tonalidad distinta a la que traes. Debes pasar por otro proceso de decoloración o extracción de color, de otra forma el tinte viejo y el nuevo se mezclarán. Por ejemplo, si tenías el pelo azul y quieres pintarlo de rojo pero no lo decoloras te quedará morado.
5. Conseguir el rubio perfecto es difícil
Todas, en algún momento de nuestra vida, hemos deseado tener un rubio californiano muy a lo The O.C. Si esa es tu meta, tendrás que someterte a muchos tratamientos decolorantes que no pueden aplicarse en una sola sentada. Podrías tardar un par de meses en conseguir el rubio deseado y deberás echar mano de tratamientos intensivos para no resecarlo.
6. No te laves el cabello
Los aceites naturales que segrega tu cuero cabelludo ayudarán a minimizar los daños de la decoloración. Incluso es recomendable hidratarlo con aceite de coco todos los días durante una semana antes de aplicar cualquier decolorante o tinte.
7. Necesitas tener tratamientos a la mano
No solo para fortalecerlo antes del tinte sino para que recupere sus propiedades después. No es necesario que compres tratamientos costosos; utiliza aceite de coco, de argán, mascarillas de aguacate, de mayonesa, plátano, etc. Eso sí, es bueno que ahorres dinero para, al menos, un tratamiento intensivo, como de queratina.
8. Lleva una foto de lo que tienes en mente
Si no te atreves a hacerte tu propio cambio de look y piensas recurrir a un profesional, lo mejor es que lleves una fotografía de lo que quieres para que no haya malentendidos, pues lo que para ti puede ser un castaño chocolate, para tu estilista puede ser un cacao oscuro.
9. El Sol afectará el color
Así como la piel necesita protección contra los rayos ultravioleta, también el cabello. Para cuidarlo recurre a sombreros, bandanas y aerosoles con filtro UV. Además, después de tus merecidas vacaciones en la playa, apapáchate con tratamientos humectantes.
10. Siempre querrás solucionarlo con un tinte negro
¡Alto ahí, loca! Antes de que te des por vencida con tu melena y decidas cubrir todo rastro de decoloración con este fúnebre color, piensa: ¿realmente es hora de dejar descansar tu cabello? ¿Es el tono que quieres o es tu desesperación la que habla? ¿Estás segura de que en una semana no estarás tratando de decolorar el negro azabache?
No tomes decisiones por impulso y consúltalo con la almohada, con tus amigas y con tu consciencia.