Todas las mujeres soñamos con un cabello sedoso, brillante, fuerte y largo, pero existen hábitos que pueden perjudicar la salud de nuestra melena y a lo mejor ni siquiera nos damos cuenta. Por ejemplo: el cepillado.
Se trata de algo tan básico que quizá damos por sentado, después de todo, ¿qué podríamos estar haciendo mal si se trata de algo sencillo? ¡PUEDE QUE TODO! Aunque no lo creas, existe una manera correcta de cepillar el cabello para evitar maltratarlo y aquí te decimos cómo.
1. Beneficios de un buen cepillado
Las razones más conocidas son: activar la microcirculación del cuero cabelludo para conseguir un cabello más sano, suave y con brillo. Pero un buen cepillado también ayuda a limpiarlo de las impurezas y restos de productos que nos ponemos para estilizarlo.
Además, tal como cualquier otra parte de nuestro cuerpo, el cuero cabelludo necesita ser exfoliado y el cepillo es una gran herramienta para lograrlo.
2. ¡No te excedas!
Seguramente en algún momento de tu vida escuchaste que el cepillado ayuda a que el cabello crezca y piensas que mientras más lo hagas mejores resultados verás. Pues no es verdad. El cepillado sí estimula el crecimiento pero lo mejor es que lo hagas solo en la mañana y antes de acostarte.
Aunque si tu cabello es muy propenso a enredarse puedes aumentar la cantidad a unas tres o cuatro veces.
3. ¿Cuándo es el mejor momento para cepillarlo?
Si estás acostumbrada a hacerlo justo después de bañarte debes detenerte pues cuando el cabello está húmedo es más frágil, por lo tanto, es más propenso al quiebre. Pero si necesitas desenredarlo cuando está mojado usa únicamente un peine de cerdas separadas.
También hazlo antes de bañarte para eliminar los restos de gel, espray o cualquier residuo de producto para facilitar el trabajo del champú.
4. Cepíllalo en la regadera con acondicionador
Peinar tu cabello en la regadera con ayuda de tus dedos y acondicionador es una gran manera de favorecer que se mantenga lo más desenredado posible y no batalles tanto una vez que se seque.
Este tip funciona especialmente para las chicas de cabello rizado, a quienes la hora del desenredo les puede parecer toda una travesía.
5. Empieza desde abajo y termina con la parte superior
Sabemos que la manera habitual para todas las mujeres es hacerlo desde la raíz hasta las puntas pero lo mejor es que sea al revés: primero las puntas y después las raíces.
Cepíllalo por secciones y cuando estés trabajando sobre un mechón procura sostenerlo con la otra mano para minimizar el impacto de los tirones. Ten paciencia y no seas brusca con tu melena.
6. Desenreda y luego da un masaje
Si es un paso que te has saltado toda tu vida ahora es buen momento para empezar a hacerlo. Una vez que tienes el cabello desenredado masajea el cuero cabelludo con el mismo cepillo para estimular la circulación y favorecer el crecimiento.
7. Para el cabello rizado usa aceite
Si bien tanto el cabello rizado como el lacio deben cepillarse mientras están secos, sabemos que los chinos representan un reto mayor y necesitan ayuda extra. Por eso es bueno que te untes un aceite específico para tu tipo de pelo que te facilite desenredarlo.
Después prosigue normalmente: de puntas a raíz.
8. ¿Cepillo o peine?
Si eres de las chicas que no saben nada sobre el cuidado del cabello, quizá creas que no hay diferencia y que ambos sirven para lo mismo. No es así, cada uno tiene sus funciones. Lo esencial es que sepas que el peine es para cabello mojado mientras que el cepillo es para cabello seco.
9. ¿Entonces cómo elegir el cepillo perfecto?
Invertir en un buen cepillo o peine es lo mejor que puedes hacer por la salud de tu cabello. Evita los materiales plásticos o metálicos y mejor opta por materiales naturales como madera y cerdas de jabalí.
Si tienes más dudas, en este artículo puedes consultar cada tipo de cepillo y para qué tipo de cabello es recomendable.
10. Mantén limpios tus utensilios
Se dice que, en promedio, un cepillo puede durar ocho años pero esto depende del cuidado que se le dé. Debes retirar diariamente los cabellos que se quedan entre las cerdas y, una vez a la semana, remójalo en una solución de agua templada y jabón durante 10 minutos.
Si quieres gastar un poco más existen aerosoles especiales con acción antibacteriana.