¿Te ha pasado que en cuanto terminas de colocar tu base de maquillaje al poco tiempo termina viéndose más naranja? Comúnmente se dice que se “oxidó”. Te preguntarás por qué pasa esto, y prácticamente se debe a la interacción entre la grasa de la piel y el pigmento del maquillaje, o por un exceso de oleosidad o falta de hidratación. Esta “combinación” cambia el tono normal del maquillaje y también ocurre con los polvos sueltos o compactos.
Para evitarlo debes tener una buena rutina de cuidado facial que te ayudará a disminuir la secreción de grasa y a preparar tu piel para un acabado perfecto. Conoce los pasos que tienes que hacer:
1. Usa tónico
El tónico ayuda a regular el pH de tu piel, que también tiene que ver en el proceso de oxidación. Aplícalo justo después de la limpieza.
2. Primer o matificante
Aplicar un primer o un matificante te ayudará bastante a absorber el sebo de la piel y a mantener la base perfecta e intacta por mucho más tiempo. Este tipo de productos hacen una capa entre la piel y la base, y retardará el proceso de oxidación.
3. Dale un plus a tu piel con un antioxidante
Los antioxidantes ayudan a mejorar la textura de la piel y a darle una apariencia más luminosa; nada mejor que el suero de vitamina C para lograr este cometido.
4. Hidratante
Una piel bien hidratada es una piel sana y con un brillo natural que permite que cualquier base de maquillaje quede estupenda. Nunca olvides este paso.
5. Cuida tus cosméticos
Si bien el cuidado facial tiene mucho que ver con que la verdadera oxidación se produzca cuando los ingredientes de tu base se exponen al aire, agua o bacterias, y causa entonces un cambio en los pigmentos del color. Si notas que tu base ha cambiado y dejó de darte un aspecto natural, quizá se haya oxidado. Siempre mantenla perfectamente cerrada y guárdala en un lugar oscuro y fresco.