Cuando sienten enfado, ansiedad, agresividad, depresión o no pueden controlar sus emociones, algunas personas tienden a provocarse lesiones. Tienen miedo de lastimar a alguien, así que vuelcan su ira hacia sí mismas buscando liberar esa frustración y al mismo tiempo la ocultan por temer al rechazo o a la crítica.
Cuando la tatuadora australiana Whitney Develle de 22 años conoció en una fiesta a una chica que se autolesionaba, sintió la necesidad de ayudarla y demostrarle que todo ese dolor debía quedar en el pasado y la invitó a que visitara su estudio. Se le ocurrió una fantástica idea: iniciar un proyecto para que todas las personas que alguna vez se hicieron daño a sí mismas recibieran un tatuaje.