Cada día la mentalidad social está más abierta a temas que antes eran tabúes: los tatuajes, por ejemplo. Hoy es más común ver por las calles de nuestra ciudad personas con tatuajes en su cuerpo que los lucen con orgullo, y si bien aún existen ciertos perjuicios, cada vez han ido desapareciendo más.
Los tatuajes son una manera de expresar arte, de plasmar una vivencia; son un homenaje a cierta situación que nos marcó para siempre, son representaciones gráficas de un momento que nos cambió la vida. Aunque claro, aún hay personas que se tatúan por puro impulso sin un motivo aparente o un significado importante.
De acuerdo a una encuesta que se realizó en Gran Bretaña, un tercio de las personas que se realizan un tatuaje se arrepienten. Sin embargo, quienes lo hacen son aquellos que se tatuaron antes de lo 16 años. Las personas que menos se arrepienten de haber plasmado tinta en su piel, son las mujeres que tomaron esta decisión después de los 21.
Probablemente las personas que menos se arrepienten son las que más tiempo se toman para pensar si es una buena o una mala decisión. O aquellas que han vivido lo suficiente, y no nos referimos a la edad, como para entender que un tatuaje no sólo es estética, si no es algo con un poderoso significado.
Sea cuál sea la razón, si llevas un tatuaje seguramente alguna vez te han dicho: “¿Pero, ¿cómo se te verá cuando seas grande?”. Si este tipo de preguntas te hacen dudar sobre la decisión que tomaste al tatuarte, no te preocupes, seguramente tu tatuaje se verá genial. Además recuerda que el cómo se ve no es lo más importante, si no la razón por la que lo tienes. Un tatuaje bien pensado jamás se lamenta.
Si quieres realizarte un tatuaje pero aún no te atreves porque te da miedo cómo se verá cuando seas mayor, recuerda algo: el significado de tu tatuaje tiene que ser tan grande que merece la pena verlo en tu cuerpo toda la vida. No importa si se estira o se deforma conforme tu piel vaya cambiando, un tatuaje nunca debe ser motivo de arrepentimiento.