No cabe duda que el cuerpo es un lienzo en blanco; gran parte de él puede ser usado para un tatuaje, aunque hay algunas zonas en las que pueda ser un poco más doloroso e incómodo que en otras.Al final, lo que importa es la originalidad del espacio usado.
Por ejemplo, el pabellón o el lóbulo de la oreja se prestan para tatuajes pequeños, simples y con detalles minimalistas. Si decides hacerte uno así, deberás considerar que dependiendo de cada persona, el dolor varía y debes tener una limpieza constante en el área para evitar infecciones. Los pros de este tipo de diseños es que si no te gusta usar aretes, es una forma de vestir tus orejas sin tanta complicación o si tienes el pelo largo, puedes cubrir el tatuaje en caso de ser necesario. Checa algunas opciones y tú decidirás.