Nadie está preparado para recibir a la muerte, en especial si esta tiene la encomienda de llevarse a un ser amado; sin embargo, la ley de la vida dicta que tarde o temprano todos partiremos de este mundo.
Cuando un ser especial parte al cielo, siempre se queda en nuestra mente y corazón, pero si buscas alguna otra manera de honrarle, puedes darle espacio en tu piel con un tatuaje.