Jon Gabriel en el 2001 pesaba más de 180 kilogramos. Trató de hacer todas las dietas posibles e incluso trabajó directamente con un doctor de control de peso por dos meses. Pero todo terminaba de la misma manera. Seguía la dieta al pie de la letra, perdía algo de peso pero luego llegaba a un punto inevitable cuando no podía más y el peso perdido regresaba en cuestión de días. Incluso, una semana más tarde podía pesar más que cuando había comenzado la dieta. Este patrón empezó en 1990.
Su cambio de vida ocurrió después de que el 11 de septiembre del 2000 perdió el vuelo 93 de United Airlines, uno de los cuatro aviones secuestrados. La experiencia lo hizo sentir como si estuviera viviendo un tiempo prestado, por lo que decidió escribir el libro The Gabriel Method con los 7 mejores consejos que le cambiaron la vida y lo ayudaron con la perdida de peso. Así cuenta como lo logró:
1. Dejé de hacer dieta y comencé a nutrir mi cuerpo
He aprendido a través de mi investigación que mi cuerpo estaba muerto de hambre porque carecía de ciertos nutrientes esenciales, cómo los ácidos grasos omega-3 y las proteínas de alta calidad. Me aseguré de comer la mayor cantidad de nutrientes. Si quería alimentos chatarra (dulces, papas, fritas o pizza) los comía cada vez que quería, sin dudarlo, pero eventualmente perdí mi gusto por todo ese tipo de comida a medida que mi cuerpo aprendió a preferir los alimentos ricos en nutrientes.
2. Curé mi digestión
Descubrí que una de las razones por las que estaba tan hambriento de nutrientes era que mi sistema digestivo estaba enfermo y no era capaz de absorber los nutrientes. Los problemas digestivos pueden causar inflamación, y las hormonas inflamatorias son las causantes de que nuestro cuerpo almacene grasa. Así que comencé a comer muchos alimentos fermentados y cultivados, a tomar probióticos y enzimas digestivas para normalizar mi digestión.
3. Compre una máquina para tratar mi apnea del sueño
La apnea del sueño es una condición que afecta a muchas personas con sobrepeso. Crea un ambiente hormonal en el cuerpo que estimula el aumento de peso al provocar niveles elevados de cortisol. Esta es la razón de los antojos nocturnos por comida chatarra. La apnea del sueño se trata con una máquina que sopla aire en la nariz y la boca para mantener la tráquea abierta. Así puedes dormir toda la noche sin problemas.
4. Empecé a tener prácticas “mente- cuerpo” para reducir el estrés
Al igual que la apnea del sueño, el estrés eleva los niveles de cortisol y las hormonas inflamatorias. Esto produce antojos constantes que provocan el almacenamiento de grasa. Muchas personas no se dan cuenta de lo importante que es reducir el estrés. Comencé a meditar todas las mañanas y encontré que era extremadamente efectivo para reducirlo.
5. He creado una vida mucho más sostenible
Reduje mis gastos, me mudé a una casa más barata y empecé a cultivar mis propios alimentos. Mi vida comenzó a ser más sostenible y me sentí más tranquilo y con más apoyo. Me encantó la idea de que si tenía hambre podía ir al patio y comer algo fresco. Las hormonas del estrés ya no atacaban mi sistema causando estragos, convirtiéndome en una máquina de almacenamiento de grasa.
6. Trabajé algunos problemas emocionales importantes
Algunas personas se sienten más seguros con peso extra en su cuerpo como forma de protección. Yo lo llamo “obesidad emocional”, y me encontraba en esa situación. Sabía que tenía que hacer frente a los problemas emocionales que afectaban mi seguridad. Empecé a resolver los traumas del pasado para que mi cuerpo pudiera sentirse seguro al dejar or ese peso de sobra.
7. Desintoxiqué mi cuerpo
Después de haber perdido 81 kilos de peso, investigué sobre las toxinas y cómo las procesa el organismo. Resulta que el cuerpo utiliza las células de grasa para almacenar el exceso de toxinas, así que empecé a vivir lo que yo llamo un ‘estilo de vida desintoxicante’. Básicamente, comencé a limpiar mi cuerpo con grandes cantidades de líquidos alcalinos, como agua con jugo de limón y vinagre de manzana, jugos verdes y un montón de ensaladas.
Ese fue el truco con el que perdí los últimos kilos mucho más rápido que los primeros.
Elegir un enfoque mente-cuerpo que nutra tu cuerpo y reduzca el estrés físico, mental y emocional que causa el aumento de peso, es la forma más sensata y sostenible de bajar de peso.