Que “en el mar la vida es más sabrosa, en el mar todo es felicidad” dice la canción, y aunque por mucho tiempo esta afirmación no ha sido más que una melodía, la ciencia afirma que efectivamente las personas que aman la playa disfrutan más de la vida y son más felices, y ¿cómo no hacerlo?
Hay quienes prefieren otro tipo de paisajes o disfrutan de la montaña, pero sin duda el mar y sus hechizantes poderes es por mucho el preferido de viajeros, parejas, niños, almas solitarias y amantes de la naturaleza.
Ver el mar, sentir su aroma, escuchar el sonido relajante de las olas golpeando la arena, caminar descalza, disfrutar del sol, son solo algunas de las razones por las que vivir cerca de la playa es realmente un privilegio. Este ambiente natural, es la mejor terapia para cualquier problema y es el escape perfecto para alejarse del bullicio de la ciudad, pero no soy yo quien lo dice, hay estudios que comprueban los beneficios de crecer y vivir junto al mar, en especial para la salud emocional.
De alguna manera, estamos programados para reaccionar positivamente ante ambientes despejados que nos hacen sentir más conectados con la naturaleza. Pero la playa tiene un toque especial, algo, que hace que nuestro cerebro se sienta más relajado inmediatamente al ver mar y arena, más cuando son balnearios o islas paradisiacas, ideales para sólo tumbarse en la arena y descansar. Quizás puede ser porque en nuestra mayoría estamos compuestos de agua, o quién sabe, pero es así como se ha dado.
Vacacionar junto al mar o, mejor aún, vivir cerca, ayuda a ser más feliz y tranquilo, de ahí que muchas personas lo elijan como el lugar ideal para disfrutar de la edad adulta. Además, al ayudar a que el aire esté circulando continuamente, entre otras cosas, influye en una mejor salud de quienes están cerca de él.
Solo mirarlo sirve como terapia física y psicológica, de ahí que también muchos centros de tratamiento busquen la playa como ubicación, y que cada vez existan más personas practicando yoga y meditación en este ambiente.
Incluso, está probado que la mezcla del aire marino, con el sonido de las olas proporcionan una relajación sin igual para quienes disfrutan continuamente de esta postal, lo que ayuda a dormir mejor y aumenta la creatividad. Tal como cuando estás en la ducha y llegan tus mejores ideas, pero potenciado aún más.
Pero la terapia, más allá del sonido, se extiende a la vista y esto está relacionado con el color, ya que entre el cielo y su reflejo en el mar, el paisaje se impregna de azul, que tiende a ser el color favorito más repetido a gran escala entre las poblaciones; además de estar psicológicamente probado que este color se relaciona con un sentimiento de calma y serenidad que proporciona relajación.
Definitivamente la mejor terapia en cualquier momento de la vida, a cualquier hora y en cualquier época del año es caminar por la playa, rodearte de esta paleta de azules que tranquiliza cualquier alma y sentir la sensación de la arena en tus pies brinda la sensación de estar conectada con la tierra y te hace sentir más humana. Esta es la mejor receta para sentirse feliz, tranquila y recargar energías, así que ¡Al agua patos, con todo y zapatos!
La felicidad viene en agua salada