Volver a hacer ejercicio, bañar a tu mascota, sacar ropa que ya no usas, terminar de leer el libro que tiene algo de polvo en tu mesita de noche, son solo algunas de las cosas que siempre terminamos posponiendo porque no tenemos tiempo o estamos muy cansadas para hacerlas.
Pero hay algo que seguro vas a disfrutar más que nada, pues además de que es una forma de sanación espiritual sirve para conectar tu lado emocional y espiritual con el físico. Te estoy hablando de la meditación, y ten por seguro que ahora que estás aplicando el #YoMeQuedoEnCasa esta opción te va a fascinar, pues es una forma de relajación que sin duda alguna todas debemos practicar.
1. Utiliza ropa cómoda
¿Has notado que la mayoría de las personas que practican la meditación siempre utilizan ropa holgada? Y es que es mucho más cómodo para hacerlo, por lo que te recomiendo que si deseas concentrarte más rápido y tener mayor comodidad usa ropa holgada y suave; las prendas de algodón son las indicadas. Quítate los accesorios como reloj, aretes o collares, y olvídate de las prendas ajustadas.
2. Encuentra un lugar tranquilo
No importa si es al aire libre (como tu jardín o el balcón), o dentro de tu casa; lo importante es que no haya interrupciones y ruidos que puedan molestarte. Debes saber que el lugar que elijas debe darte comodidad y paz.
3. Prende incienso o un humidificador
Cuando comienzas a meditar te das cuenta que todos tus sentidos son más receptivos que cuando están en un estado “automático”, por lo que te recomiendo que si en tu casa tienes incienso o un humidificador hagas uso de estos. No es de uso estricto, pero puedes notar que cuando meditas tu olfato se agudiza, te ayuda a concentrarte y relajarte con mayor facilidad.
4. Toma una postura cómoda
Una postura correcta y cómoda hace la diferencia entre poder concentrarse en la meditación o solo estar deseando cambiar de postura cada dos segundos, por lo que puedes hacerlo de dos formas, ambas realmente cómodas y, lo más importante: te permiten meditar de manera tranquila y efectiva.
- Sentada: Si eliges esta opción lo mejor es que lo hagas sobre un tapete de yoga, sentada en el centro de tu cama o directamente sobre el piso; tu espalda debe estar recta y sin tensiones. Podrás respirar profundo manteniendo los brazos alejados.
- Acostada: Puedes tumbarte en tu cama o en el mismo tapete de yoga; es mejor descartar la opción del piso, pues pasados algunos minutos es posible que comiences a incomodarte. Tu postura debe ser completamente recta, de forma que tus piernas y brazos estén separados, no al estilo estrella de mar, pero tampoco juntos.
5. Enfoca tu energía en tu cuerpo y respiración
Muy probablemente este es el paso más complicado de todos, pues es difícil no prestarle atención a nuestros pensamientos, darle esa atención a tu cuerpo y a tu respiración, por lo que debes de hacer dos cosas básicas para que realmente sientas que hay una conexión entre tu mente, cada una de las partes de tu cuerpo y tu respiración:
- Cuenta tus respiraciones: Antes que enfocarte en tu cuerpo debes hacerlo en tu respiración; experimenta la sensación de inhalar, el sostener el aire en los pulmones y después el exhalar. Cuenta tus respiraciones en rondas de diez; estas deben de ser profundas, de esta forma será más sencillo realizar la conexión entre tu mente y tu cuerpo.
- Enfócate en tus sensaciones: Aprende a darle atención a cada parte de tu cuerpo; de esta forma identificarás mejor cada sensación que experimentes, y notarás como tus brazos, pies, abdomen, dedos e inclusive zonas de la piel tienen una sensación distinta y como es que cambia según lo concentración que tengas en cada área.
6. Elimina los ruidos distractores
Probablemente esto sea algo complicado, más si todos en tu casa están realizando home office, los niños juegan dentro de casa o simplemente tienes activadas todas las alertas de notificaciones sobre noticias o mensajes de Whatsapp o Instagram, por lo que aléjate de cualquier ruido que llegue a existir. Pon en silencio tu celular y encuentra una habitación o momento en que tengas esos 10 o 20 minutos de silencio exclusivos para ti.
7. Pon música relajante
Una forma de llegar a la concentración cuando estás meditando es poniendo música de fondo que te ayudará a alcanzar el nivel de concentración que deseas, así que aprovecha los playlists de canciones para meditar que ofrecen YouTube y Spotify.
8. Las distracciones son naturales, no te recrimines
Si es de las primeras ocasiones que practicas la meditación, es completamente normal que tus propios pensamientos te distraigan, pero no por ello debes dejar de meditar, así que no te molestes o te enfades contigo misma si al iniciar ya estás pensando en cualquier otra cosa; solamente suprime ese pensamiento y vuelve a contar tus respiraciones para entrar en ese modo zen nuevamente.
9. Comienza con lapsos de 10 minutos diarios
Tal vez creas que 10 minutos son poca cosa, que es muy poco tiempo, que tú puedes con más, pero tampoco es que vayas a meditar durante cuatro horas seguidas el primer día de haber comenzado. Y es que en realidad 10 minutos con los ojos cerrados, dedicados completamente a ti y a tus pensamientos en un inicio es demasiado; lo ideal es que sean 20 minutos, pero en un inicio lo mejor es que sean solamente 10. Inclusive, te ayudará a conciliar el sueño con mayor facilidad.
10. Aprovecha las meditaciones guiadas
Si crees que eres algo noob en esto de la meditación, o simplemente crees que aún no puedes concentrarte lo suficiente como para meditar por ti misma, una de las opciones que tienes es comenzar con las meditaciones guiadas, que tienen el mismo fin que meditar tú sola o, inclusive, es como haber acudido a una clase de meditación pero desde la comodidad de tu hogar. Igual, puedes encontrar muchas opciones en YouTube y Spotify.
11. Al terminar agradece
Esta parte no debe de ser exclusiva de la meditación, pues en realidad deberíamos de hacerlo por todo lo bueno que llega a nuestra vida, pero te recomiendo que una vez que termines tu práctica de meditación del día des las gracias por tres cosas que consideres valiosas, como son tu familia, tener que comer y un hogar donde poder dormir.
12. Comprométete a hacerlo diariamente
Meditar y lograr un equilibrio emocional y físico en conjunto es algo de disciplina y constancia, por lo que debes estar comprometida para llegar al nivel en el que deseas estar; así que ya sabes, aprovecha estos días que tendrás tiempo libre y dedícate esos minutos a ti.