¿Has conocido gente que “todo el tiempo está de malas”? Peor aún, ¿sientes que tu malhumor ya ha rebasado el tiempo habitual y no es normal seguir sintiéndote así de molesta?
Existe un tipo de depresión que no necesariamente está relacionado con la tristeza y el llanto, pero indirectamente es una llamada de atención de que algo anda mal en tu salud mental.
La distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente, es una enfermedad de la psique en la que los pacientes son calificados como “enojones” o “cascarrabias”. Su “mal carácter” los hace pasar por personas que viven con malhumor, sin embargo, podría ser distimia y debido a la “normalidad” con la que se ve a las personas malhumoradas es difícil llegar a este diagnóstico y su cura.
¿Qué distingue a la distimia de otros trastornos?
El psiquiatra y psicoanalista Mario Louza, doctor de la Universidad de Würzburg en Alemania, explica que la principal señal de padecer este tipo de depresión son las largas etapas de enojo y malhumor; un trastorno crónico que puede durar al menos dos años.
Otros síntomas son el desinterés en las actividades cotidianas, la desesperanza, improductividad y baja autoestima, signos comúnmente recurrentes entre los pacientes de depresión.
Sin embargo, la diferencia es que estos síntomas se alargan de manera crónica y aumentan sin existir un cambio, por lo cual es difícil diagnosticarla, o al menos notarse entre quienes rodean a los que la padecen.
La psicoanalista Soraya Hissa de Cargalho asegura que este trastorno es más conocido como “enfermedad del mal humor”, ya que entre los papeles sociales de quien lo padece (familia, trabajo o círculo de amigos) comúnmente le llaman “el amargado” o “aburrido”, pero el desinterés es solo un síntoma de lo que realmente puede estar sucediendo a causa de la distimia.
El tratamiento y cura de este problema de la salud mental se encuentra primero en el diagnóstico efectivo y posteriormente en la psicoterapia y tratamiento adecuado, el cual implica antidepresivos y en algunos casos estabilizadores de humor.
Lo más importante para revertir esta percepción negativa del mundo es acudir con un especialista, explicar los síntomas y tener la disposición de intentar el cambio. Si en algún momento crees que no puede ser coincidencia sentirte así durante tanto tiempo, y con problemas para hallarle sentido a lo que vale la pena, no dudes en acercarte a alguien que te escuche y empezar un tratamiento.