¿Alguna vez has tratado de detener los pensamientos de tu mente? No es tan fácil. ¿Te has dado cuenta que en ciertos momentos del día te obsesiona el pensar? Una gran mezcla de emociones, dudas, pensamientos y temores están presentes todo el tiempo en nuestras cabezas todo el tiempo.
Pero por extraño que parezca, son pocas las personas que se dan cuenta de lo ocupadas que están sus mentes y solo caen en cuenta de ello hasta que llega la noche y se recuestan a tratar de descansar. Si aún no comprendes la forma en la que tus pensamientos y emociones controlan tu mundo, checa estas cinco señales de que tu mente está demasiado ocupada.
1. Precaución: tu cerebro está muy descuidado
El “cerebro descuidado” sucede cuando constantemente estás distraída o te vuelves un poco torpe al realizar las tareas de todos los días. La mente descuidada siempre está en un estado debilitado, pero puedes solucionarlo de una forma muy sencilla: coloca tu taza de té lejos de tu computadora, así evitarás que se derrame sobre papeles importantes o en el teclado y trata siempre de observar cuidadosamente a tu alrededor. Otra buena forma de poner tu cerebro a trabajar de forma eficiente es anotando todos los pendientes que debes realizar en el día.
2. Estoy un poco loca y muy ocupada
Cuando estás en modo “loca ocupada” realmente no estás concentrada en lo que estás haciendo o con las personas con quién estás. Tu mente está demasiado ocupada procesando tantas tareas diarias que todo lo haces de forma mecánica, sin disfrutar del proceso. Existe una solución: toma un respiro, levanta la mirada del teléfono celular, saluda a tus amigos, disfruta de tu trabajo y delega algunas responsabilidades, así tendrás un poco de paz mental.
3. Todas hemos estado en el modo “piloto automático”
El modo “piloto automático” es, a menudo, un montón de pensamientos que se repiten en tu cabeza una y otra vez: necesito ir al dentista, necesito ganar más dinero, tengo que limpiar la casa, sacar a pasear al perro. Jamás eres consciente de lo que estás pensando y sin embargo es muy agotador y al final del día es lo que te hace sentirte más cansada de lo normal. Para acabar con él y ponerte en marcha, basta con realizar esas tareas de forma inmediata. Practica alguna actividad relajante como el yoga y sobre todo busca personas con las que puedas hablar para desahogarte.
4. Siempre hay una sobrecarga de información
En cada lugar al que mires, estás rodeada de información que necesitas procesar. Día con día eres bombardeada con anuncios, noticias, correos electrónicos y mensajes sin sentido en las redes sociales, es por eso que tu disco duro mental se sobrecarga y se vuelve ineficiente y lento. Vivir con una mente ocupada puede llevarte al agotamiento, la fatiga, el estrés crónico e incluso la depresión. Toma unos días para descansar, desconéctate del mundo y sobre todo aléjate de cualquier aparato electrónico que te llene de información por lo menos unos cuantos días.
5. Tiendes a sobrepensar demasiado
Sobrepensar es la causa número uno del estrés crónico. En un día cualquiera, puedes llegar a experimentar millares de pensamientos repetitivos, muchos están contaminados con ansiedad, lo que crea tensión y nos roba la paz. Y aunque pensar es algo útil, hacerlo demasiado y sin razón alguna es agotador. Tienes que ser consciente y notar cuando algo es necesario y cuando no, desecharlo de inmediato. Cambia tus rutinas y aléjate de las preocupaciones.