Llevar una vida saludable requiere de mucho esfuerzo y disciplina, pero convertirla en un hábito generará resultados positivos para el cuerpo, no solo en el plano físico sino también en la mente. Para lograr este estilo sano, te recomendamos algunos tips:
1. ¡Activate!
La actividad física es una de las recomendaciones principales de la Organización Mundial de la Salud que deben tomarse en cuenta. Para niños y adolescentes de cinco a 17 años, se considera importante realizar por lo menos 60 minutos diarios de ejercicio. En el caso de los que van de 18 a 64 años, es indispensable practicar 150 minutos semanales, al igual que las personas mayores de 65.
2. Aliméntate sanamente
Además del ejercicio, la alimentación es una pieza clave para llevar una vida saludable. Esta debe incluir todos los alimentos de la pirámide nutricional en cantidades adecuadas, disminuyendo el consumo de harinas y azúcares y aumentando las cantidades de frutas y verduras.
3. ¡Hidrata tu cuerpo!
Mantener una buena hidratación también ayuda. Beber dos litros de agua diariamente es lo ideal, evitando lo más posible líquidos como los refrescos o jugos procesados.
4. Despeja tu mente
La mente juega un papel importante. Esto no tiene que ver con la existencia de enfermedades sino con el bienestar emocional y psicológico, que es de suma importancia para evitar el estrés, el cansancio y la ansiedad que detonan otros padecimientos. Se recomienda realizar ejercicios como yoga o meditación y, en caso de presentar desestabilidad, acudir con un experto en psicología o psiquiatría.
5. Olvídate de los malos hábitos
Eliminar hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol no solamente ayuda a evitar enfermedades como cáncer de pulmón o cirrosis; también permite que los gastos hormiga disminuyan y mejore la economía.
6. Dedicate cinco minutos al día
El simple hecho de tomarse un tiempo para respirar puede ser la diferencia. Cuando la agitación, la ansiedad y el estrés se apoderan del cuerpo y la mente es vital hacer una pausa.
7. Limpieza de adentro hacia afuera
La higiene evita muchos problemas de salud, desde incidentes dentales hasta enfermedades en la piel o infecciones más serias. Este punto no solamente abarca el cuerpo sino también el ámbito doméstico.
Aunque pueden parecer muchos puntos, el mantener un equilibrio entre estos e ir poniéndolos en práctica poco a poco dará como resultado un estado físico y mental saludable.