Los Simpsons se estrenaron en 1989 y hasta ahora son el único programa que tiene 30 temporadas ininterrumpidas y 30 años en horario estelar. El sarcasmo, las parodias y las burlas sobre las situaciones más comunes de la vida son, probablemente, lo que lo ha vuelto tan popular. Sus personajes son muy conocidos y muchos, incluso, se identifican con ellos. También hay fanáticos que no dudan en recrear las escenas más divertidas de vez en cuando, como Katrin von Niederhäusern y su amiga Janine Wiget.
Un día abandonaron su hogar en Suiza para emprender un viaje a Nueva Orleans con el objetivo de recrear la escena del episodio Lisa Gets The Blues, el número 17 de la temporada 29 de la serie. La chicas tomaron el papel de Homero y Lisa para la serie de fotos y definitivamente cada una vale la pena.
En el episodio Homero descubre la deliciosa comida de Nueva Orleáns
Las chicas buscaron los restaurantes que aparecen en el episodio y pidieron exactamente el mismo platillo; después hicieron cada una de las fotos.
Las bebidas también fueron parte de la sesión
Durante una entrevista, las chicas compartieron lo emocionante que fue recrear las imágenes:
Nos encanta tanto: Nueva Orleáns y Los Simpsons. Así que cuando en este episodio ambas cosas se combinaron, nos emocionamos tanto que decidimos hacer un pequeño homenaje. Luego de buscar en Google, descubrimos que esos 54 restaurantes sí existen en la vida real. Y lo que tanto admiramos es cuán exactamente detallados son los creadores de Los Simpsons. Todo parece igual, tan impresionante.
Tuvieron algunas dificultades, pero lograron superarlas
Aunque planeamos todo con mucha anticipación, todavía había algunos obstáculos durante la filmación: un restaurante estaba cerrado los domingos, otro estaba cerrado para siempre, no todos los platillos estaban en el menú, etc. En algunos necesitamos convencer al dueño para poder tomar una foto y que nos diera una mesa exacta, afortunadamente todos nos dieron acceso y fueron muy amables.
El desafío más grande fue tener que imitar a Homero
Es un hombre con un gran encanto, pero carece de buenos modales. Tuvimos que acostarnos en la mesa, sentarnos en el piso, comer con los dedos, lamer los platos y poner un montón de comida en nuestra boca. Todo mientras otros comensales nos observaban muy perturbados.
Al final tuvieron un gran resultado
Hicieron una compilación de las imágenes y las compararon con las escenas del episodio. Para estas amigas el viaje fue fantástico y valió cada segundo que invirtieron en él.