La mayoría del tiempo creemos que la crueldad animal solo se trata de aislar a un animal, no alimentarlo, violentarlo o abandonarlo. Sin embargo existe una forma más cruel de maltratarlo; estamos hablando de las deformaciones que se realizan a lo largo de los años para conseguir ciertas características específicas en una raza.
Los perros pug son un claro ejemplo de ello. Durante muchos años, estos adorables animales han sufrido manipulaciones al momento de su reproducción solo para que su físico sea como ahora lo conocemos, pero ¿conoces las consecuencias de estas deformaciones? Descúbrelo aquí.
Los pugs son un reflejo de la crueldad humana
La naturaleza se encarga de que todas las especies se adapten a un entorno para que logren reproducirse de la forma adecuada. Lamentablemente, los seres humanos nos hemos encargado de que la reproducción canina se lleve a cabo de acuerdo a la raza que queremos tener.
El mejor ejemplo de un proceso de reproducción artificial irresponsable son los perros de raza pug. Aunque son los favoritos de millones de personas en el mundo, estos animales esconden un sinfin de enfermedades que les han sido provocadas por los humanos y, por supuesto, por su crueldad disfrazada de amor y cuidados.
Un producto chino
Esta raza se originó en la antigua China, cuando la realeza comenzó a desear tener animales de compañía. Sin embargo, los pugs eran muy distintos a como los conocemos ahora. Su físico era similar al de los perros de raza mediana. Gozaban de un cráneo y hocico prominente, cola angulada y sin forma de rosca, además de patas acordes a su altura.
Algunas obras de arte muestran la morfología que han sufrido
Con el paso de los años aparecieron pugs como ahora los conocemos: con una nariz chata, mandíbula exageradamente pequeña y cavidades nasales reducidas que les generan problemas para respirar, tener una temperatura adecuada, dificultades para tragar y reflujo gastroesofágico.
Su reducción de tamaño, acompañada del aumento de peso, les dificulta ejercitarse e influye en su tendencia a la obesidad. Además, debemos agradecer su mala condición atlética a lo corto de sus patas.
¿No más pugs?
En el 2016, la Asociación Británica de Médicos Veterinarios inició una campaña para que las personas eviten adoptar o comprar esta raza. Pero no por crueldad, sino para evitar que continúen sufriendo con tantas enfermedades.
Lamentablemente la campaña no causó el impacto esperado. Pocas asociaciones, medios de comunicación y sociedad respondieron al llamado, debido a que la reproducción de esta especie genera millones de dólares en todo el mundo aunque se trate de un desastre anatómico.
Elegimos pugs solo por la forma de su cara
A pesar de la cruda realidad de la crianza y reproducción de estas especies para generar dinero, la indiferencia de los clubes de crianza es una realidad, y pocos son los médicos veterinarios que están a favor de detener a la raza para evitar que continúen sufriendo durante más años.
Aunque tenemos que reconocer que el menos culpable de maltrato y crueldad es el dueño que tiene una mascota tan linda como un pug. Como amante de los animales es su deber cuidarlo, protegerlo y ser su compañero hasta el final. Pero también es necesario crear conciencia sobre los problemas que estos animales sufren y dejar de lado el egoísmo de elegir una mascota solo por su apariencia.