Una escena clásica entre las parejas es que, tras una discusión, uno de los dos o ambos terminan aplicando la famosa ley del hielo para demostrar que no darán su brazo a torcer, como castigo al otro o simplemente para evitar darle más vueltas a un tema entre gritos y peleas que no tienen un final ameno.
Hay que aceptar que la mayoría de nosotras en algún momento lo hemos hecho y que los resultados no han sido efectivos. Esto se debe, según un estudio de la Universidad de Texas, a que el silencio arruina la relación porque es una forma de maltrato psicológico. No obstante, un hombre de Japón, llamado Otou Katayama, aplicó la ley del hielo a su esposa, ¡durante 20 años!, y todo por celos.
Este matrimonio vivió sumido en el silencio por 20 años
Como la mayoría sabemos, la ley del hielo consiste en congelar toda comunicación con quien nos provoca un disgusto. Así lo hizo Otou luego de una discusión con su esposa, Yumi; pero en este caso el silencio duró dos décadas.
El enojo de Otou fue porque estaba celoso, pero no de otro hombre sino de la atención que su esposa le daba a sus hijos. A pesar de no dirigirse la palabra, la pareja vivía en la misma casa y jamás pensaron en separarse.
La situación era sumamente incómoda, y el amor llegaba a su fin
El hijo menor de la pareja, Yoshiki, cuenta que cuando su mamá buscaba iniciar una plática con su papá solo recibía gruñidos o respuestas afirmativas o negativas con movimientos de cabeza, pero jamás escuchó que su padre emitiera una sola palabra. Por esa razón decidió interceder y dar por terminado este molesto e incómodo asunto.
El momento de hablar llegó…
El programa de televisión japonés Hokkaido se interesó en la historia y empezó a idear una reconciliación junto a los hijos de Otou y Yumi. La pareja tuvo una cita en el parque donde se conocieron y tras un momento más de silencio, las palabras surgieron…
Ha pasado algo de tiempo desde que hablamos.
Lo sé
Estabas tan preocupada por los niños (…). Yumi, hasta ahora has soportado una gran cantidad de dificultades. Quiero que sepas que estoy agradecido por todo… Espero que podamos trabajar juntos de ahora en adelante.
Yo también lo espero.
La conversación quedó grabada en video. Al final, Otou, arrepentido y cabizbajo, hizo una reverencia disculpándose con su esposa, quien le respondió de la misma forma.