En Puebla, México, ya no habrá más packs. Recientemente, el Código Penal de ese estado fue reformado para buscar terminar con el acoso cibernético. ¿Qué quiere decir esto? Que de ahora en adelante compartir fotos o videos comprometedores o subidos de tono será un delito.
La reforma fue propuesta desde 2014 por la activista Olimpia Coral Melo, quien fue víctima de ese delito tras la difusión de un video íntimo en 2012, cuando ella tenía 18 años.
En 2012 Olimpia, estudiante de la preparatoria de Huachinango, Puebla, accedió a participar en un video íntimo con su entonces pareja; sin embargo, el video fue colocado en varias páginas de Internet y circuló entre sus compañeros de escuela.
El video se propagó en otros países y al menos seis páginas con contenido para adultos obtuvieron ganancias con él. Entre sus conocidos sufrió acoso y burlas que la llevaron a tres intentos de quitarse la vida; además, algunas personas intentaron extorsionarla al pedirle dinero para eliminar el video de la red.
Olimpia acudió al Ministerio Público, pero sus denuncias fueron en vano, ya que no había prueba del delito y el acto de publicar el video íntimo sin su consentimiento no estaba tipificado como crimen.
Me dijeron que no podían hacer nada porque en México no hay peritos digitales y la policía cibernética es preventiva y no de acción, por lo tanto ellos no pudieron hacer nada.
Después de experimentar en carne propia que no había justicia online, salió de Huachinango para investigar por qué los derechos humanos no eran extensivos a espacios digitales y se profesionalizó en Derecho Digital. En 2014 creó el Frente Nacional para la Sororidad, que busca eliminar la violencia digital de género en Internet.
Durante el 2014 Olimpia también impulsó la reforma al Cógido Penal que tipifica el ciberacoso como un delito; sin embargo, es hasta 2018 cuando fue aprobada, estipulando que:
Serán sancionadas con tres hasta seis años de prisión todas las personas que formen parte de este tipo de violencia, ya sea que obliguen a una personas a grabarse o fotografiarse y que difundan dichas imágenes.
Así que no solo irán a la cárcel las personas que graben momentos íntimos, sino también aquellos que comparten el famoso pack en grupos de Whatsapp o redes sociales.