La muerte ya no es un tabú y la idea del más allá nos lleva a crear soluciones para la aceptación de nuestro fin de una manera amena, ya sea con terapias asociadas a la tanatología, facilidades económicas para los preparativos correspondientes, asesoría legal para el cuidado de nuestros bienes y el resguardo de nuestros restos.
Sin embargo, hay quienes prefieren concentrarse en los efectos que tiene el cuerpo inerte sobre el planeta debido a que emite cantidades considerables de carbono. Por ello crean alternativas que van desde convertir a un difunto en árbol a través del uso de cápsulas especiales, hasta aprovechar sus cenizas para hacer diamantes o discos de vinilo.
Siguiendo esta línea, el estado de Washington, Estados Unidos, acaba de aprobar la ley de composta humana, generando discusiones al tener como objetivo la conversión de cadáveres en composta.
De acuerdo con la BBC, los funerales ecológicos podrían ser una realidad en el estado de Washington ya que el proyecto de ley fue aprobado la semana pasada en el Senado estatal y solo falta la aprobación del gobernador Jay Inslee para ser publicado de manera legal en la Constitución local.
Aunque en muchos sitios del mundo está prohibido disponer de los restos humanos y darles sepultura en sitios no autorizados, estos funerales ecológicos tienen como objetivo que los restos humanos se conviertan en abono para volver a la tierra.
Katrina Spade, impulsora de esta ley y fundadora de la compañía Recompose, afirma que se puede acelerar el proceso natural de descomposición humana hasta transformarlo en abono fértil en solo 30 días.
Además, señala que para maximizar el proceso se deben seguir los mismos pasos que para el compostaje, añadir una mezcla de astillas de madera y otros ingredientes biodegradables. Esto hace que microbios y bacterias termofílicas hagan su trabajo y aceleren la descomposición a una temperatura de 55° C, garantizando la eliminación de bacterias responsables del contagio de enfermedades.