Por primera vez en la historia, un equipo de científicos internacionales descubrió un agujero negro inactivo fuera de la Vía Láctea. El nuevo estudio publicado el 18 de julio en la revista académica Nature Astronomy se basa en observaciones del Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO), en las que los investigadores examinan un sistema binario conocido como VFTS 243, a unos 160 mil años luz de distancia de la Tierra.
Un sistema binario, formado por dos estrellas que giran una alrededor de la otra, deja un agujero negro en órbita con una estrella compañera luminosa. El agujero negro está “inactivo” si no emite altos niveles de radiación de rayos X, que es la forma en la que estos objetos celestes son detectados.
Situado en la Gran Nube de Magallanes, el VFTS 243 tiene al menos nueve veces la masa de nuestro sol y orbita una estrella azul caliente que pesa 25 veces la masa del sol, lo que lo convierte en parte de un sistema binario.
A pesar de que se pensaba que este era un fenómeno cósmico bastante común, según el equipo de investigadores estadounidenses y europeos involucrados en el estudio, esta es la primera detección inequívoca de un agujero negro de masa estelar inactivo fuera de la Vía Láctea.
Además, el hallazgo del objeto celeste también puede ser extraordinario por otra razón, ya que los agujeros negros de masa estelar, normalmente, se forman cuando las estrellas masivas se quedan sin el combustible necesario para continuar la fusión nuclear.
El final de la fusión también pone fin a la presión exterior que sostiene a la estrella contra el colapso gravitacional completo. El llamado colapso del núcleo que sigue suele ir acompañado de una explosión cósmica masiva llamada “supernova”, que destruye las capas exteriores de la estrella.
Sin embargo, la situación del agujero negro en VFTS 243 parece ser diferente, sin rastros visibles de una supernova que acompañe al colapso de la estrella. El equipo realizó el hallazgo del VFTS 243 después de seis años de observaciones de casi mil estrellas masivas (cada una con un peso de al menos ocho veces la masa del sol) en la región la Nebulosa de la Tarántula de la Gran Nube de Magallanes, en busca de estrellas gigantes que pudieran tener un agujero negro como compañero. Con VFTS 243, encontraron lo que estaban buscando.
Pero, según el estudio, identificar a estos compañeros como agujeros negros es extremadamente difícil, ya que existen muchas posibilidades alternativas, por lo que, de acuerdo a Tomer Shenar, coautor del estudio, “Encontramos una aguja en un pajar” debido a un proceso de eliminación.
Primero, los investigadores identificaron las estrellas que formaban parte de sistemas binarios. Posteriormente, buscaron sistemas binarios donde el compañero no fuera visible y solo entonces un análisis cuidadoso reveló que VFTS 243 era un agujero negro inactivo.