Un equipo de astrónomos de universidades de Canadá y Estados Unidos, dirigido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), detectó una señal de ráfagas de radio rápidas, extrañas y persistentes, con un patrón similar al latido de un corazón, procedentes de una galaxia a miles de millones de años luz de distancia de la Tierra.
Según el MIT News, la señal se clasifica como una ráfaga de radio rápida o FRB, una gran cantidad de ondas de radio cuyo origen es desconocido. Por lo general, solo duran unos pocos milisegundos. Sin embargo, la extraña señal detectada, denominada FRB 20191221A, tuvo una duración de tres segundos, mil veces más larga que la FRB promedio y con el patrón periódico más claro detectado hasta la fecha.
Además, cuando los astrónomos analizaron las ondas dentro de los tres segundos encontraron que había un patrón periódico claro, en el que las ondas se repetían cada 0.2 segundos, similar al latido de un corazón.
El descubrimiento de FRB 20191221A fue realizado por el radiotelescopio Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment (CHIME), situado en el Observatorio Astrofísico Dominion, en la Columbia Británica, Canadá.
El CHIME, que ha estado en funcionamiento desde 2018, está constantemente observando el cielo y, además de las ráfagas de radio rápidas, es sensible a las ondas de radio emitidas por el hidrógeno en el universo lejano.
Aunque los investigadores no están seguros de la fuente de la señal, sospechan que proviene de un púlsar de radio o un magnetar, que son tipos de estrellas de neutrones, es decir, núcleos colapsados de estrellas gigantes extremadamente densos y que giran rápidamente.
A través de un comunicado, Daniele Michilli, becario postdoctoral del Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial del MIT, respaldó la hipótesis al señalar que “no hay muchas cosas en el universo que emitan señales estrictamente periódicas”:
Ejemplos que conocemos en nuestra propia galaxia son los púlsares de radio y los magnetares, que giran y producen una emisión similar a la de un faro. Por lo que creemos que esta nueva señal podría ser un magnetar o púlsar con asteroides.
Según el estudio, el primer FRB se detectó en 2007, lo que provocó una búsqueda para detectar la fuente y, con suerte, descubrir secretos sobre el espacio entre las galaxias al estudiar el trayecto de la señal.
Tras el hallazgo, los astrónomos esperan capturar ráfagas adicionales del FRB 20191221A, lo que puede ayudar a reducir la fuente de la señal y aprender más sobre las estrellas de neutrones.
Esta detección plantea las preguntas de qué podría causar esta señal extrema que nunca antes habíamos visto y cómo podemos usarla para estudiar el universo.