Conocer al chico de tu vida, o mejor dicho, al chico de un momento de tu vida (sí, dejemos de romantizar esas cosas), es padrísimo, sobre todo al principio que comienzan a compartir, qué comida les gusta, qué música escuchan, si bailan o no, si les gusta leer, cuáles son las pelis favoritas, etc. Pero lo primero que se pregunta, especialmente en estos tiempos, es el estado civil. Aunque a la mayoría de las queridas lectoras les parezca obvio, permítannos decirles que algunos varones omiten esa información o se da por entendido que si están ligando, es porque está solterito y Diosito nos lo mandó.
Pero cuando no es así y Dios solo quería ponernos a prueba de preguntonas, ¿qué se hace? Bueno, nosotros nos imaginamos que esa pregunta se hizo Rachel Waters, una joven que “soportó vientos despiadados, infernales desiertos, escaló hasta el último maldito cuarto, de la maldita torre más alta, ¿y qué encontró?”, la noticia de que su novio, a quien tanto extrañó y buscó, ¡está casado!
Rachel, residente de Shenzhen, China, comenzó una relación con el británico Paul McGee y todo era amor y felicidad, hasta que él viajó a la ciudad de Norwich, Inglaterra, de donde es originario. Después de un tiempo, al ver que su chico no regresaba y que le aplicó el horrible y violento ghosting, comenzó la preocupación y la chica pensó que algo terrible le había pasado.
Miles de ideas catastróficas pasaron por su mente, hasta que un día, en un grupo de Facebook de la ciudad de Norwich describió la situación y compartió la foto de su novio para dar con su paradero. Y hubo respuesta. El amigo de la esposa de McGee atendió su publicación, diciéndole que se encontraba en casa con su esposa e hijos.
Paul y su pareja no se vieron durante dos años. Recientemente regresó y volvieron a estar juntos. Se han separado y tienen hijos. Han pensado, ‘vamos a darnos otra oportunidad’.
Resulta que durante los dos años de la pandemia, Paul quedó atrapado en China y al no poder volver a casa, se le hizo muy fácil omitir el pequeño detalle de que está casado y tiene hijos. Tache por eso. Para Rachel, fue una gran y cruel decepción, pero no le quedó más que continuar con su vida.