Esta historia comienza de manera similar a las palabras de la “sabia poeta” Taylor Swift: “será para siempre o arderá en llamas”. La protagonista de una divertida fiesta de divorcio se fue por la segunda opción.
Kimberly Santleben-Stiteler se aseguró de que su matrimonio terminara con un fulminante “bang-bang”, ofreciendo una fiesta a 22 kilómetros de distancia de donde hizo que su vestido de novia explotara y se consumiera en llamas.
La recién liberada mujer invitó a 40 amigos y familiares a una propiedad de La Coste, Texas, donde se gastaron 200 dólares en explosivos para la quema del vestido, que simbólicamente representaba su fallido matrimonio.
La hermana de Kimberly documentó la celebración y lo compartió a Facebook, adjuntando hashtags como “nuestra familia y amigos es maravillosa, tú y tu nueva novia no”, sugiriendo que la separación fue a causa de una infidelidad.
La nueva divorciada comentó que lo más importante era cerrar el ciclo y curar su herida en compañía de sus seres queridos:
Quería deshacerme de todo lo que me recordara a mi matrimonio: subí las fotos al ático, el anillo se quedó en la caja fuerte (aunque probablemente lo vaya a vender) y con el vestido lo único que se me ocurría era incendiarlo.
Tuve un montón de consejos de parte de mi familia y amigos, como donarlo para pequeños vestidos de bebés prematuros o para bautizos. Sin embargo, para mí ese vestido solo representaba una cosa: la mentira. Así que elegí quemarlo.
Kimberly cargó el vestido con explosivos y le disparó con un rifle, provocando un épico “¡bum!”, que incluso usuarios en Internet, que habitan cerca de la zona, aseguran haber escuchado con claridad esa noche.
https://www.facebook.com/csantleben/videos/10156691064641083/?t=1
Esto es lo que pasa cuando le dices a tu papá y tu cuñado que quieres quemar tu vestido de novia. ¡El resultado fue un millón de veces mejor de lo esperado!
La fiesta terminó siendo un éxito mientras el vestido que usó una vez hace 14 años se consumía; todos los invitados gritaron y festejaron, casi al estilo de una fiesta de 4 de julio en Estados Unidos.
Al final del día, la celebración no trató tanto de una venganza o el rencor tras el engaño, y seguramente tampoco se enfocaba en su ex y la nueva novia; lo que Kimberly Santleben necesitaba era expresar sus verdaderos sentimientos, sin sentirse juzgada al respecto.
El apoyo de sus familiares y amigos en ese momento tan difícil hizo que su divorcio fuera un nuevo inicio, con más risas (y dinamita), que con lágrimas y drama, y solo por eso ganaron el premio a la familia del año. 🙌💣🔥