Varias películas y series nos han contado la historia de una chica que, a pesar de no tener dinero, se las ingenia para hacerse pasar por un miembro de la “alta sociedad” y todo le sale bien, logra vivir rodeada de lujos y comodidades que están muy por encima de su presupuesto, hasta que inevitablemente la descubren o ella lo confiesa.
¿Qué pensarías si te dijéramos que esas cosas sí pasan en la vida real? Zou Yaqi, una estudiante china de 23 años, es prueba de ello.
“Quería romper las reglas”
Zou es una estudiante de Arte de la Academia Central de Bellas Artes de China que se graduó este año. Cuando se aproximaba su fecha de graduación, se empezó a preocupar porque no sabía cómo iba a seguir costeándose la vida en Beijing. Entonces se le ocurrió imponerse un reto a sí misma: sobrevivir 21 días en la ciudad sin gastar ni un solo yen.
A pesar de que no tengo dinero, pude entrar al mundo de los ricos y obtener cosas gratis. Quería romper las reglas.
Se convirtió en una socialité
Para esto, empezó a prepararse. Ella se había dado cuenta de que a las personas les dan obsequios, ya sean botellas de vino o snacks extra, en los lugares exclusivos y de lujo, por lo que pensó que tal vez una persona puede sobrevivir a base de estos artículos que la gente rica obtiene sin ningún costo y a las que, la mayoría de las veces, ni siquiera les dan importancia alguna.
Durante meses estudió cuidadosamente el comportamiento y la apariencia de las mingyuan, término chino para referirse a las socialités, para hacerse pasar por una de ellas. Se compró una bolsa Hermès falsa, un anillo de diamante falso y un tracksuit de terciopelo de diseñador. Además, detectó los lugares que le ofrecerían alimento y hospedaje gratis al tener la apariencia correcta y en mayo comenzó su experimento.
“Todo el día estaba interpretando mi papel”
El primer lugar que visitó fue una sala VIP de un aeropuerto donde pudo comer en el buffet y dormir en los sillones. Afirma que al inicio estaba muy nerviosa y sentía que en cualquier momento la iban a descubrir y a echar – ya que su boleto era falso -, pero pronto se dio cuenta de que, si das la apariencia que se espera en esa clase de lugares, nadie te cuestiona. El pase que falsificó es válido por tres horas, pero Zou se quedó allí durante tres días, y observó que los guardias de seguridad no parecen tener ninguna prisa por echar a los comensales que exceden el tiempo permitido.
Durante su primer día, Zou visitó una tienda Gucci en el aeropuerto, y los convenció de que le regalaran una bolsa de papel de la marca, la cual usó para guardar los snacks que regalaban en la sala VIP y ayudó a cementar su imagen de socialité rica. En las tiendas que visitaba, le extendían invitaciones para subastas y exhibiciones exclusivas, y se le dio un trato impecable. Con el paso de los días, los nervios se empezaron a ir, y tenía más confianza en sí misma.
Todo el día estaba interpretando mi papel. Pronto me acostumbré a la contradicción: estaba sucia, pero daba la impresión de ser una mujer hermosa y rica.
Casi nadie la cuestionó
Durante la segunda etapa de su experimento, se trasladó al exclusivo distrito de Dongcheng, donde visitó hoteles en los que se registraba con un nombre y número de habitación falsos para obtener acceso a las áreas comunes como los baños, el sauna, el gimnasio, etc.
En una ocasión sí tuvo un pequeño problema, ya que en la recepción le dijeron que no había nadie registrado con ese nombre, a lo que ella respondió que acababa de hacer check-out y que se iría pronto, y no la cuestionaron más. En ese momento, afirma que ya estaba desensibilizada y que no entró en pánico; al contrario, pensó “Al fin hay un conflicto”.
Al final, se trató de un proyecto artístico
Cumplió los 21 días sin mayo problema, y pasó el mes siguiente recopilando los videos que grabó durante esos 21 días y otros souvenirs – como pan que tomó de los buffets y la bolsa Gucci – que retrataran su experiencia para crear una especie de exposición artística con comentario social, la cual presentó como proyecto de graduación.
Los medios de comunicación chinos rápidamente se interesaron en la historia de cómo una joven de 23 años logró encajar completamente en las esferas más altas de la sociedad tan fácilmente. Zou ha tenido que lidiar con duras críticas de los medios, que afirman que es una wannabe que solo estaba presumiendo riqueza falsa.
De acuerdo con Zou, el punto de su proyecto no podía estar más alejado de eso, ya que lo emprendió con verdaderas intenciones artísticas.
Los trabajos artísticos siempre están sujetos a malas interpretaciones mientras más alcance tienen. La gente va a escuchar lo que quiera escuchar, y aquellos que están interpretando mi trabajo van a explicarlo de una manera en que la audiencia lo quiera escuchar.