Nunca entendí por qué mi papá tenia que llamarme todo el tiempo para verificar dónde estaba y con quién. O por qué mi mamá nunca quiso hablar conmigo sobre chicos. Pero ahora que soy adulta me doy cuenta de que sólo estaban haciéndolo por mi bien. Creo que soy una gran chica y tengo que darleles las gracias a mis padres por todo, pero en su momento odiaba que no me dejaran disfrutar de una fiesta, o cuando supervisaban mi ropa.
Si tú también creciste con padres demasiado estrictos, quizá te sientas identificada con estas 15 situaciones.
1. No existían los planes espontáneos. Todo tenía que ser planeado
No había posibilidad de una reunión espontánea con los amigos. Si quería salir de los confines de mi casa me tomaba varios días pedir permiso, y si eso no funcionaba, tenía que suplicar. Pero, ¿para qué molestarte cuando sabías que terminarías en casa de todos modos?
2. Y cuando por fin ocurría un milagro y tus padres te dejaban salir, comenzaba el interrogatorio
¿Con quién vas? ¿Cuáles son sus números de teléfono? ¿Estarás bajo la supervisión de un adulto? ¿Quiénes son sus padres? Tenías que proporcionar una lista detallada de toda la información de tus amigos. Y, básicamente, tus padres sólo te dejaban socializar con las personas que conocías desde la guardería.
3. Siempre tenías una hora de llegada
A los 18 años tus padres por fin te permitieron ir a tu primera fiesta de ‘chica grande’. ¡Hurra! Así que te soltaste el cabello y bailaste con tus amigas y algunos chicos, y cuando comenzaba realmente la fiesta, revisaste tu teléfono y tenias 8 llamadas perdidas de tu papá y un mensaje que decía: “¡Tienes que estar en casa inmediatamente!” (Era aterrador saber lo que te esperaba al llegar)
4. Tus horarios de clase estaban pegados en la nevera
Así tus padres sabían dónde estabas en todo momento. De vez en cuando, intentaban una llamada de prueba: “Aquí dice que debes estar en clase de matemáticas, ¿por qué contestas y escucho risas al fondo?
5. Sólo podías mirar con nostalgia las minifaldas y shorts en las tiendas
Usar una falda dos pulgadas por encima de las rodillas se consideraba rebelión. Tu outfit tenía que ser sometido a una intensa revisión antes de que siquiera se te permitiera salir por la puerta.
6. Esto te ha pasado muchas, muchas veces:
7. Tenías un novio secreto
Conociste a un chico en la escuela y estuvieron juntos durante la preparatoria, pero nunca le dijiste a tus padres debido a que eran demasiado estrictos y si se enteraban podrías estar castigada hasta que tuvieras 40 años.
8. Las vacaciones familiares en cualquier lugar significaba que tenías que estar en un radio de 5 metros junto a tus padres
Sí, esa regla se aplico aún cuando tenias 15 años.
9. Todo lo que sabías acerca de los cigarrillos, el alcohol y las drogas es que te matarían
Y cuando hablaban de cualquier tema relacionado con los tres, siempre era seguido de una letanía de tu mamá, que por lo general se prolongaba durante horas y horas, sobre lo mismo.
10. Sentías un sudor frío cuando estabas cerca de los cigarrillos y el alcohol
Tu primer pensamiento era: “¿Qué pasa si huelen mi ropa y piensan que yo lo hice? ¡Estoy muerta!
11. Tus padres tenían ojos en todas partes
Big Brother no era nada comparado con tus padres, así que ni siquiera podías pensar en tomar un sorbo de cerveza. Sus poderes mágicos y su red de espías expondrían tu desobediencia.
12. Nunca se te permitió dormir en la casa de cualquiera de tus amigos
¡Pero mamá, la casa de Claudia está justo a dos cuadras!
13. Cuando revisabas tu teléfono y veías que tenías más de diez llamadas perdidas y mensajes de tu mamá, lo mejor era pensar en una excusa increíble
(Entrando en modo pánico) “¡Me quedé sin batería!” era siempre la respuesta perfecta. Siempre.
14. Ni siquiera podía pensar en traer algún amigo a casa
¿Querías ser castigada hasta que fueras un cadáver? No lo creo.
15. ¿Te acuerdas de tu infancia, llena de súplicas a tus padres para poder hacer las cosas?
Si realmente piensas en ello, son recuerdos que atesorarás. ¿Ahora entiendes por qué tenían todas esas reglas para educarte? Era para que te convirtieras en la mejor persona que pudieras llegar a ser. Y admítelo, el resultado es bastante impresionante.