Mientras creces, aprendes que es necesario acatar ciertas normas de comportamiento para que convivas de una forma adecuada en la sociedad, y los ejemplos sobran: jamás coloques los codos sobre la mesa, toca antes de abrir una puerta, cede el asiento a los adultos, espera a que las personas terminen de hablar; y la lista continúa.
Pero para quienes entran en la categoría de millennial (nacidos entre 1981 y 1995), parece que esas cosas pasan por alto. Por una parte son una generación bastante independiente que llega al fondo de las cosas por su propia cuenta, que gusta de colaborar para alcanzar mejores resultados y adaptables. Pero no todo es tal lindo como parece, y hay temas y situaciones en las que los chicos de esta generación son particularmente groseros.
1. El juego de ‘esperar’
Ya sabes, ese juego en el que debemos esperar el tiempo ‘apropiado’ para contestar un mensaje de texto de nuestro interés romántico. Además de infantil, este tipo de comportamiento es totalmente grosero. ¿Qué tiene de malo contestar algo que otra persona quiere preguntar? Es increíble mantener una conversación interesante con alguien, como para dejar pasar la oportunidad de tener una charla fluida sólo por darse importancia.
2. No aceptar halagos
Si eres una persona maravillosa, increíble y bella, lo normal sería que sepas aceptar los halagos, ¿cierto? Un simple “gracias” basta para mostrar un poco de educación elemental en caso de halago. Tampoco les haría daño de vez en cuando hacer un cumplido, de verdad.
3. Entrar a un lugar sin saludar
Cuando entran en un lugar muy concurrido, a muchas personas les da una especie de ataque de ansiedad y simplemente caminan hacia las personas que conocen y es comprensible. Pero cuando se entra en un lugar en donde hay un grupo de personas, el comportamiento más apropiado es saludar de mano a cada persona y acompañarlo de una sonrisa. No pierdes nada y no sabes lo que podrías ganar en un futuro.
4. No regresar llamadas
¿En serio? ¿Qué tan difícil puede ser regresar una llamada? Si estás muy ocupado, tu teléfono estaba en silencio o decidiste escapar durante horas a la cima de un monte para reflexionar sobre la vida, no importa. En estos días todo gira en torno a nuestros teléfonos celulares, así que resulta poco creíble y muy rudo no regresar una llamada, o por lo menos disculparse por no hacerlo a tiempo.
5. No soltar el teléfono un minuto
Claro, si te encuentras con amigos lo más seguro es que nadie se sienta ofendido o siquiera molesto, pero la verdad es que estar pegado todo el tiempo al teléfono es excluyente y falto de educación. Está bien revisarlo de vez en cuando porque forma parte de nuestra cultura, pero lo que no es normal es evadir el contacto con quienes están cerca por meterse de lleno a ese aparato. Sé considerado con el tiempo de los demás y da la atención que todos merecen, porque es lo que desearías para ti, ¿o no?
6. No confirmar
Parece una costumbre del siglo pasado, pero es tan efectiva que se sigue usando. Si haces planes con alguien, implica que harás cualquier otro compromiso a un lado porque ya te comprometiste a algo, así que el seguimiento correcto sería confirmar por lo menos 24 horas antes; incluso el mismo día en un caso extremo. Hacerlo demuestra interés, no importa la situación que sea, y eso nunca es algo malo.
7. No responder los correos
Podría asegurar que todos tenemos acceso a una o incluso a varias cuentas de correo electrónico. En estos días lo más común es que se use con fines de negocios o motivos profesionales, por lo que si alguien te envía un correo, debe ser por un motivo importante. Así que si recibes uno, haz el favor de responder. Lo agradecerás más tarde.