El principio de los 20 son los mejores años para salir, conseguir todos los shots de tequila que puedas, cometer errores y despertarte al día siguiente fresca y con actitud de “hagámoslo de nuevo”, lista para salir otra vez esa misma noche. Eso se ha terminado ahora que te acercas a los treinta: definitivamente nada de estas cosas te parecerán divertidas.
1. Shots
¿Qué es eso que te hace tomar las peores decisiones, como ir completamente ebria y que te multen por ir manejando, y luego acabes vomitando en un taxi de camino a casa? ¡Ah, claro… los shots!
2. Mensajes en grupo
No, yo no quiero ir a la presentación de tu clase de baile –y tampoco ninguno de tus otros contactos a los que les mandaste el mismo mensaje.
3. Hablar por teléfono
Cuando tú y tu mejor amiga de la preparatoria fueron a diferentes universidades, era divertido hacer llamadas telefónicas de dos horas cada semana para compartir sus nuevas experiencias. Ahora te da igual, ¡que se joda!, para eso existen los mensajes de texto, ¿por qué debo usar mi voz?
4. Salir de noche
¡Todavía soy joven! ¡Aún soy muy joven! Todavía estoy… durmiéndome en el bar.
5. Comer comida poco saludable
Porque comer pizza todos los días es delicioso cuando tienes un sistema digestivo joven, y entonces, tal vez tener una dieta muy grasosa no se siente como la muerte. ¡Pero ahora tienes el sistema digestivo y metabolismo de una persona vieja…! Algunos, al final de sus veinte, todavía tienen estómagos de hierro, pero definitivamente no podrán cenarse todo el plato de spaguetti como lo solían hacer antes.
6. Estar aburrida todo el día en el trabajo
Sí, estar aburrida es mejor que sentir como si literalmente estuvieras viviendo en el infierno a causa del estrés, pero estar en un escritorio de 9 a 5, donde no hay nada más que hacer que revisar tus redes sociales, de verdad sólo hace que el día se sienta taaaaaan largo. Este es el nuevo truco que has descubierto ahora: ofrecer un ‘extra’ en tu propio día de trabajo.
7. La pretensión
¿Recuerdas cuando estabas en la universidad y te enamoraste perdidamente de ese chico que pensabas que sería el próximo Bolaño, y leíste todo lo posible de Borges aunque no entendías casi nada? Si ahora te lo encontraras te darías cuenta de que no era más que un niño inseguro tratando de ser diferente para tener un sentido de superioridad válido.
8. Quejarte de tus padres
Tus padres, o al menos uno de ellos, es increíble. Y por supuesto, tú no lo sabías hasta que te diste cuenta que te cada vez más te pareces a tu madre, y eso en realidad te parece grandioso.
9. Acampar en una fila para entrar a ver un concierto
Bien, te gusta la banda, pero definitivamente ya no es para nada divertido dormir en la acera como una vagabunda.
10. Los hostales
Un hostal es un lugar de baja categoría en donde puedes pasar la noche. Y hay una fecha de caducidad para los días en que tumbarse en una cama en un nido de malezas en ruinas y escuchar a aquel lindo chico extranjero que toca la guitarra sean divertidos. (Ese tiempo caduca el día que cumples 27)
11. La comida rápida y grasosa después de una fiesta
Véase el punto número 5.
12. Vivir en una casa o departamento con mil compañeros
No, no es que no me guste vivir en comunidad… ¡Esta bien, lo acepto! Odio vivir en comunidad.
13. Ir de antro
Puedo escuchar música a todo volumen y despreciar a la humanidad en mi propia casa, de forma gratuita y sin tacones.
14. Las fiestas
Puedo escuchar música electrónica y despreciar a la humanidad en mi propia casa, de forma gratuita, y sin drogas. Perdón: ¿ya lo dije?