Uno de los mejores regalos que la vida y, por supuesto, mis hermanos me han dado son mis sobrinos. Desde el primer día que supe que me convertiría en tía mi vida cambió para siempre.
A pesar de que nunca había sido muy tolerante con los bebés, cuando aquel pequeño ser me miró a los ojos, supe que haría conmigo lo que fuera. Y así fue. He tenido la fortuna de ser tía 5 veces y con cada pequeñito que nace mi corazón crece. Esto y más pasa cuando te conviertes en tía.
1. Nunca creíste que alguien tan pequeño te haría llorar de felicidad
2. Lo único que quieres es encontrar el regalo perfecto para ellos
3. Descubres que cuidarlos no es una obligación, sino un regalo
4. La conexión entre tú y tus hermanos se fortalece
5. Cuando estás lejos de ellos los extrañas, aunque sólo hayan pasado unos días
6. Cuando te dicen “tía” por primera vez, tu corazón explota de felicidad
7. Constantemente piensas en qué dulce les llevarás la próxima vez que los visites
8. Te recuerdan a tus hermanos y los bellos momentos que pasaron juntos
9. Cuando confían en ti para que los cuides sientes que realmente es un honor
10. Ahora los temas de conversación con tus hermanos son infinitos
11. Buscas hacer cualquier cosa para ser la ‘tía genial’
12. Tu celular tiene más fotos de tus sobrinos que megas para navegar
13. …Y son como una obra de arte que le presumes a todos
14. Todo lo que te desagradaba de otros bebés, no te parece tan desagradable en ellos
Llanto, berrinches, olores y secreciones.