Cuando un familiar muere, algunas personas desean conservar todo lo que les recuerda a ellos, por eso Mary Macinnes encontró la manera adecuada de ayudar a otros. Usando prendas comenzó a hacer adorables ositos de peluche para preservar el recuerdo de infancia de sus hijos y también para que nunca se olvide a una persona fallecida.
Por lo general, pasa de cinco a seis horas diseñando, cortando, y cosiendo cada oso y luego agrega detalles especiales. Al final la espera vale totalmente la pena porque así sus clientes pueden abrazar a quien más amaron.