Para la artista estadounidense Mary Kenyon el arte tiene formas infinitas y cada creador debe encontrar su propio camino para expresarse. Por eso ella cambió los lienzos convencionales por conchas de mar para hacer pequeños platos que son verdaderas obras de arte.
Aunque no son pinturas, cada pieza está hecha con esmero y cuidado al detalle, hasta resultar en verdaderos tesoros marinos.