¿Te imaginas que al caminar por la playa o el bosque, de la nada te encuentres unas increíbles figuras talladas en los elementos de la naturaleza? Sería como vivir un cuento, rodeada de hadas, ninfas y otras criaturas míticas. Eso es lo que hace Debra Bernier, una artista canadiense que se dedica a tallar figuras en los troncos que se cruzan por su camino. Admite que nunca ha iniciado nada desde cero, pues “cada pieza de madera ya es de hecho una escultura, creada por las caricias del viento y las olas del mar”.
Y no se limita únicamente a la madera, algunas veces utiliza conchas, piedras y otros objetos que se encuentra para poder complementar las figuras. Quizá su gran habilidad se deba a la pareidolia, un fenómeno psicológico que consiste en poder percibir rostros o figuras humanas o animales en los lugares menos esperados. Como sea, su trabajo es inspirador y te hace sentir como si estuvieras en otro mundo.