¿Hay algo en Japón que no sea encantador? Tienen como un don para crear maravillas adorables, son como una máquina de dulzura. En la panadería Putimimin son capaces de convertir un simple pan en una preciosa pieza que en lugar de comer dan ganas de tomarle muchas fotos.
Desde Pikachu hasta gatitos esponjosos, aquí la creatividad no tiene límites y todo tiene un aspecto tan suculento perfecto para un café por la tarde.