Es poco común pero no imposible que escuchemos de embarazos en los que las mujeres no tienen ningún síntoma o señal que les indica que se encuentran en la dulce espera y es hasta el momento del parto cuando se percatan de lo que pasa en su cuerpo.
Esto lo sabe a la perfección Janice Kerwick, de 43 años, quien llegó al hospital para que le extirparan el apéndice de emergencia y descubrió que en realidad tenía ocho meses de embarazo.
Janice Kerwick pasó varios meses con fuertes y constantes dolores abdominales y tras realizarse tres pruebas de embarazo con resultados negativos y una serie de estudios, los médicos le diagnosticaron apendicitis.
El dolor incrementaba con el paso del tiempo, al grado que Janice fue remitida a una cirugía de emergencia y justo antes de entrar al quirófano se enteró de que tenía ocho meses de embarazo y estaba a solo dos horas de dar a luz.
Me enteré de que estaba embarazada tan solo dos horas antes de que me hicieran la cesárea. Al principio me sentí aturdida, como si no pudiera aceptar lo que me estaba sucediendo.
Llamé inmediatamente a Daniel, en pocos minutos dejó lo que estaba haciendo y subió al auto. Llamé a mis padres y pensaron que estaba bromeando. Solo les decía: ‘No, mamá, en un par de horas vas a ser niñera’.
La noticia fue desconcertante para ella y para su esposo Daniel, ya que durante más 10 años intentaron tener un hijo, pero no les fue posible. Ahora un bebé llegaba a su vida de manera inesperada, cambiando y dándole un nuevo sentido a todo lo que conocían.
Luego de dar a luz, Janice pasó unos días en el hospital y su bebé estuvo en incubadora debido a que nació a los ocho meses de gestación. Por fortuna para ambas, todo salió de maravilla y regresaron a casa para formar una hermosa familia. Janice dice que jamás tubo síntomas de un embarazo. Además, acudía al médico a revisiones y ni ellos fueron capaces de detectarlo. Sin embargo, se siente bendecida porque ha alcanzado su sueño en compañía de su esposo y de manera sinigual.
Pasé de creer que era infértil y que tenía apendicitis a que me dijeran que estaba a dos horas de tener un bebé. Los dos estábamos completamente sorprendidos. No lo creí hasta que tuve a Arabella en mis brazos.
Suena exagerado, pero realmente no tenía idea de que estaba embarazada. Había bajado una talla de ropa, no había sentido patadas y había obtenido tres resultados negativos en las pruebas de embarazo. Después de tantos años deseando tener un bebé, dejamos de pensar que eso podría ser posible.
La nueva mamá asegura que en todo este tiempo no utilizó tratamientos de fertilidad ni algún otro método para quedar embarazada, pues ya había vivido varias decepciones en el pasado. Por este motivo ha llamado a su bebé una niña milagro y espera que otras parejas en su misma situación tengan la dicha de vivir lo que ella y su esposo Daniel.