Estamos en 2019, pleno siglo XXI, se supone que somos una sociedad en constante crecimiento, en la que a las mujeres se nos han reconocido más derechos que años atrás, que estamos avanzando y que la vida prometida está a la vuelta de la esquina. Pero la realidad es muy diferente.
La ciencia y la tecnología no logran encontrar la cura a diversas enfermedades, la codicia de las grandes empresas acaba con los ecosistemas y las mujeres seguimos sin que se nos reconozcan algunos derechos y, además, se pretende seguir educándonos para ser “perfectas”, y eso lo ha dejado en claro un nuevo curso de modales turco.
El ayuntamiento de Bagcilar, en la parte europea de Estambul, en Turquía, organizó un curso de modales que tiene como objetivo “enseñar a las mujeres a comportarse de forma correcta”.
El más polémico de los consejos afirma que no es correcto que las mujeres coman helado en público.
Sí, al parecer, ante el gobierno de Turquía que una mujer coma helado en público no es bien visto, y aunque no explican por qué se trata de una acción poco elegante, la verdad es que no hay que ser un genio para entenderlo.
Por supuesto, el “consejo” en cuestión ha generado polémica alrededor del mundo porque una vez más coarta las libertades de las mujeres.
¿Por qué culpar a una chica si los hombres tienen una mente pervertida? Podrían pensar que es tonto hacer “tanto escándalo”, pero el verdadero escándalo está en el trasfondo: se culpa a las mujeres como si ellas incitaran el mal pensamiento solo por disfrutar de un postre.
Lo más absurdo es que quien imparte el curso es una mujer, quien asegura que “las clases no son para crear una buena imagen ante la sociedad sino van mucho más allá, pues se busca eliminar conductas como”:
- Masticar chicle
- Hablar por teléfono sobre cosas íntimas
- Usar demasiado maquillaje
- Publicar imágenes en las que la mujer aparece bebiendo en redes sociales
- Preguntar a hombres desconocidos si están casados o si tienen hijos