Con ayuda de la Ley de Amnistía, el pasado 16 de enero, Irma Felipe, una mujer de origen indígena, fue puesta en libertad luego de pasar los últimos 18 años de su vida presa inculpada por un aborto espontáneo que sufrió a causa de una fuerte golpiza que le propinó su esposo.
Los hechos sucedieron en el municipio de Juiquipilco, en el Estado de México, donde la mujer en cuestión fue recluida a sus 22 años en la Penitenciaría Femenil de Nezahualcóyotl, lugar donde fue sentenciada por homicidio en agravio de su propio hijo, ya que su embarazado se encontraba en la etapa final de gestación.
Ante la injusticia de haber sido encarcelada por un crimen que no cometió, ya que el aborto que sufrió fue resultado de los golpes recibidos por su pareja sentimental y no porque ella hubiera decidido hacerlo, con ayuda de asociaciones y de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, su madre, hermana e hijos lucharon incansablemente hasta que se demostrara su inocencia.
Tras salir de prisión, la mujer de 40 años logró reunirse de nuevo con sus familiares y después de un cálido y fraternal abrazo, en una entrevista para los medios de comunicación, dijo que haber estado en la cárcel fue un aprendizaje del que solo tomará lo bueno para seguir adelante y luchar por sus sueños.
Pues así de aprendizaje, dicen que los seres humanos somos resilientes, pues hay que llevarnos lo bueno, de lo malo sacar lo bueno y hay muchas personas buenas trabajando desde este sistema y que me han dejado mucho.
La libertad de Irma se pudo lograr debido a la ley de Amnistía, una herramienta legal que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México ha usado para intervenir en delitos graves como el de esta mujer. Este es el sexto caso que logran esclarecer con ayuda de esta ley.
Tanto su madre como sus familiares lloraron de la emoción tras verla en libertad, pues fueron 18 largos años de lucha para hacerle justicia y después de hacerlo posible, no podían esperar más para llevarla a su hogar. Por su parte, Irma aseguró que seguirá luchando por sus sueños y continuará con sus estudios, ya que de esta experiencia aprendió que hay personas buenas trabajando detrás del sistema.