Celebrar un cumpleaños en la oficina puede ser divertido para algunos Godínez. Sin embargo, no todos piensan lo mismo, en especial Kevin Berling, quien demandó a su jefe por organizarle una fiesta sin su consentimiento.
Berling había pedido a su jefe no celebrar su día especial debido a que sufre ansiedad y ataques de pánico, pero este ignoró su petición y actuó conforme a lo habitual. Lamentablemente, todo acabó tan mal que ahora la empresa deberá pagar miles de dólares por apagar las velitas en horario laboral.
El tecnólogo Kevin Berling demandó al laboratorio médico Gravity Diagnostics por ignorar su petición de no celebrar su cumpleaños debido a que tiene trastorno de ansiedad.
Los hechos ocurrieron en 2001 y a pesar de que fue claro con su petición, su jefe lo ignoró y le organizó una fiesta sorpresa a la hora del almuerzo. Lamentablemente, todo salió mal, Kevin sufrió un ataque de ansiedad, tuvo que salir a los patios de la empresa para tomar aire y al terminar la fiesta, pidió una reunión con sus jefes para manifestar su malestar con la situación.
Su reacción no fue del agrado de sus superiores, quienes lo tacharon de grosero y poco hábil para trabajar en equipo. Pero esto no fue todo, pues también lo despidieron de manera definitiva.
Al final, Kevin se quedó sin trabajo y con un mal recuerdo de cumpleaños, pero al poco tiempo tomó cartas en el asunto, entablando una demanda contra la empresa para la que trabajó.
Dicha demanda procedió y un jurado de 12 personas le dio la razón por unanimidad. Al final, la empresa deberá pagarle una indemnización por 450 mil dólares, que incluye 120 mil dólares por salarios y beneficios perdidos, 30 mil dólares en salarios futuros y 300 mil dólares por dolor y sufrimiento mental en el pasado, presente y futuro, angustia mental, vergüenza, humillación, mortificación y pérdida de la autoestima.