Hay que admitir que todas las chicas llevamos a una niña interior que surge cuando vemos accesorios de Disney o vestidos inspirados en las clásicas princesas. Lamentablemente el tiempo ha pasado, la niñez se ha terminado y la etapa adulta está en su máxima expresión con sus problemas laborales, económicos y de pareja.
Por fortuna hay momentos en los que podemos olvidarnos de todo a nuestro alrededor y alimentar a esta pequeña con una sesión de películas animadas, chocolate caliente y un par de tiernos zapatos que deberían estar en nuestro armario sin importar qué digan los demás.