Cuando éramos tan solo unas niñas, nuestra única preocupación era disfrutar las caricaturas. Pero ahora que las volvemos a ver sabemos que estaban muy adelantadas a su época y tenían mensajes que podían partirnos el corazón y, a la vez, enseñarnos grandes lecciones.
Estas 17 escenas de ¡Oye, Arnold! son demasiado serias y reales… pero éramos muy pequeñas para entenderlas.
1. La Navidad de Arnold
Durante la guerra en Vietnam, el señor Hyunh trató de huir con su hija hacia una mejor vida, pero en el único helicóptero que había para huir solo cabía una persona. Así que entregó a su hija con la promesa de que algún día la encontraría.
2. El niño chocolate
El pequeño no puede vivir sin el chocolate y siempre está dispuesto a dejar que los demás lo humillen con tal de que le den dulces. Lo más triste es que esta adicción provenía del trauma de perder a su niñera.
3. El hombre paloma
Al conocer la crueldad con la que los humanos tratan a otros seres vivos, el hombre decide que no puede seguir viviendo en este mundo y, tal como en El Principito, se va con una bandada de palomas. Muchos creen que es una metáfora del suicidio, y aunque el personaje volvió a salir en la película del 2017, no deja de ser un momento conmovedor.
4. La habitación de Arnold
Lorenzo es un chico adinerado que solo conoce la vida de lujos, así que cuando Sid tiene que hacer equipo con él para un proyecto escolar se siente avergonzado de vivir humildemente. Entonces recurre a Arnold para que lo ayude a aparentar ser alguien que no es con tal de agradar a su compañero.
5. El chico del pórtico
Hay tres leyendas que rondan al chico del pórtico: algunos dicen que fue abandonado cuando era solo un bebé, otros piensan que fue dejado por extraterrestres, y hay quienes creen que creció junto con las plantas en la acera. Es obvio cuál teoría es la más viable.
6. Día de profesiones
El heladero era malo con los chicos, pero este capítulo nos mostró que se trataba de un ciclo de maltrato. Su padre lo humillaba, lo insultaba y lo hacía sentir que no valía nada. Nos dejó una gran lección: las familias también pueden ser tóxicas, pero siempre se pueden romper los patrones.
7. Las gafas de Rhonda
Rhonda siempre se mostró como una niña para quien la apariencia y el dinero lo eran todo, y cuando tuvo que usar lentes nos dimos cuenta de por qué era así: su madre le daba mucha importancia al físico y no toleraba que su hija arruinara su aspecto utilizando anteojos.
8. Helga va al psiquiatra
Se trataba de uno de los personajes más incomprendidos, hasta que pudimos conocer su pasado a través de su psiquiatra. Sus negligentes padres la hicieron a un lado porque preferían a Olga, lo que convirtió a la menor de las hermanas en una niña triste y solitaria capaz de obsesionarse con cualquiera que le demostrara un poco de cariño.
9. Lila la perfecta
Lila es nueva en la escuela y su personalidad dulce instantáneamente la vuelve blanco de la envidia de Helga y sus amigas, quienes deciden jugarle una broma cruel. Después se enteran de que el padre de Lila es desempleado y el dinero no les alcanza ni para comer, y entienden que hasta las personas felices atraviesan por momentos oscuros.
10. Harold contra Patty
Cuando la gran Patty vence a Harold en las vencidas, no solo se siente humillado sino que es la burla de sus compañeros en la escuela. Así que hace todo lo posible por volverse más fuerte y entonces retarla, pero ella le sigue ganando. Al final entiende que no debe avergonzarse de no ser tan bueno como una chica pues las mujeres no son débiles.
11. Asaltado
Aquí Arnold demuestra lo que es el síndrome de estrés postraumático. Después de que es atacado en la calle por un maleante, aprende karate para defenderse, pero se vuelve una persona paranoica y desconfiada.
12. Gerald se muda
Gerald está harto de recibir órdenes de sus padres y se muda a la casa de huéspedes de Arnold en un intento de independizarse. Ahí tiene que hacerse responsable de sí mismo, trabajar, pagar la renta, lavar su propia ropa… Aprende a la mala que la vida adulta no es tan fácil y es afortunado de tener padres que cuidan de él.
13. La decisión de Helga
Rhonda y las chicas hacen una pijamada de belleza a la que Helga no fue invitada, pues no es el tipo de niña que se preocupa de su apariencia. Eso le genera una gran presión social para encajar y termina cambiando su manera de vestir para que ser aceptada.
14. Arnold Cupido
La relación de Oskar y Susie es de las más tristes que hemos visto en una caricatura y son varios los capítulos que nos muestran este matrimonio tóxico. Oskar no trabaja, no mueve un solo dedo en la casa y no se preocupa por la felicidad de su esposa; mientras que ella es incapaz de dejarlo para buscar una vida mejor.
15. Phoebe hace trampa
Ella es la chica más inteligente del salón, y a pesar de que ser reconocida por sus altas calificaciones la halaga, también la hace sentir presionada pues todos esperan que sea la mejor. Esto la lleva a hacer trampa en un concurso de poesía, para la cual no tiene talento, y plagia el trabajo de una escritora. Abandonó sus valores para preservar su imagen intacta.
16. Pesando a Harold
A pesar de ser sus amigos, Sid y Stinky se burlan de Harold por su peso y esto lo vuelve un niño inseguro dispuesto a todo para bajar los kilos de más. Pero su obsesión se vuelve en su contra y, en vez de adelgazar, engorda. Al final del episodio admite que a él le gustaba su físico de antes, pero cedió ante las burlas y comentarios malintencionados.
17. Ernie enamorado
Ernie queda flechado por una modelo, pero como ella es bonita y alta él se siente acomplejado porque está calvo y chaparro, por lo que no se atreve a invitarla a salir; además, sus experiencias previas en el amor son desalentadoras: “nunca me miran a mí, solo ven a un hombre que les queda corto”, le confiesa a Arnold.