¿Qué hora es? ¿Qué día es? ¡Oh, Dios, se siente tan bien estar en la cama! ¿Por qué no puedo quedarme aquí todo el día? Ver televisión, ponerme un tratamiento en el cabello, una mascarilla, pintarme las uñas… ¡Atención! Sin café no puedo hacer absolutamente nada. Pero, ¿están peleando los niños? ¿Tan temprano?
¿Qué necesito hacer hoy? Llamadas pendientes, responder correos de hace días… ¡Necesito organizarme! Organizar toda la casa. Este cuarto es un desastre. Vi en el programa de Oprah que tu habitación es un reflejo de tu matrimonio. No, no puede ser verdad.
Necesito lavar la ropa acumulada. Pero antes debo revisar los cajones de mis hijos. Estoy harta de ver al de 4 años ponerse sus pantalones de cuando tenía 3. Pero me choca deshacerme de la ropa. Sobre todo cuando no ha pasado de moda. ¡Me siento cansada!
Los niños deben desayunar fruta esta mañana. Buscaré algo en el refrigerador. Ohh, debo limpiar el refrigerador. Y el congelador. ¡Hace años que no reviso lo que hay en él! ¿Qué voy a hacer de comer? Necesitamos comer menos carne. Quizá sólo pida una pizza. ¡Día libre! He cocinado tres días seguidos y merezco un descanso. Sí, pizza.
Quisiera ser más como mi cuñada. Es tan organizada. Mi casa luce como una tienda después de los descuentos. Hoy tiene que trapearse, por lo menos. Pero primero debo reemplazar ese limpiador. Yo y mi estúpido amor por el aroma ‘Fresco’. ¿Qué es eso de aroma ‘Fresco’? Pero me hace sentir realizada, como que hice algo. Quizá debía llamarse aroma ‘Lo Hice’…
Necesito chupones. Parece que se evaporaran en el aire. Quizá los duendes vienen en la noche y se los roban para sus duendes bebés. Y hablando de duendes, debo pagar las cuotas de la clase de música y la de pintura. ¡No puedo creer lo caro del curso este año! ¿Necesitaré un coche más grande? Una camioneta sería útil…
Y todos necesitan una revisión con el pediatra. Quisiera que atendiera a domicilio. Pero entonces tendría que limpiar. Tal vez sólo un poco de aroma ‘lo intenté’ resolvería todo.
Bueno, si no me levanto ahora, vamos a llegar tarde. Y no puse gasolina ayer. ¿Por qué siempre me espero hasta que se encienda el tanque en el tablero? Es que ayer venía con prisa por llegar a terminar la comida… Los niños quieren desayunar. ¿Por qué no he escuchado al bebé todavía? ¿Estará bien? ¿Se despertó anoche? No puedo acordarme… Ah, ahí está. Llora.
¡Desearía que hubiera dormido un poco más!
¡Cuánto puede pasar por la mente de una mamá durante los minutos antes de levantarse y empezar su día!