Parece que las mejores relaciones se dan entre chicas bajitas y hombres altos. Estudios demuestran que entre más alto es un esposo, y más sean los centímetros de diferencia entre él y su mujer, es probable que el matrimonio sea mucho más feliz. Bueno, eso es lo que dice el estudio.
El análisis hecho en 2017 incluyó a 8 mil indonesios participando junto a sus esposas para determinar los aspectos que mantenían con mayores dosis de felicidad a sus matrimonios.
Evidentemente, la altura no era el único rango que dominaba en la medición del bienestar entre las parejas. Otros aspectos que influyeron fueron el ingreso económico, la autoestima y la autoconfianza.
Sin embargo, dentro de los niveles más altos de matrimonios felices predominaron las parejas con grandes diferencia en sus estaturas. Investigando este factor más a fondo, el estudio reveló que los hombres altos parecían más confiables y capaces de ser mejores empleados. Es decir, es como si los chicos altos tuviesen más probabilidades de alcanzar aumentos o subir de puesto, lo cual representaría un bienestar extra para sus esposas.
Se considera que los hombres que sobrepasan el 1.70 son más atractivos, por lo que quizá, dejando de lado sus ingresos económicos, la particularidad de ser muy alto y se visto como “más guapo”, afecta de manera positiva en el aprecio que el varón tiene de sí mismo.
Y aunque hasta este punto pareciera que la idea es convencernos de que los hombres altos nos harán más felices que los bajitos, la conclusión y motivo del estudio revela lo contrario: que los metros de altura no determinan ninguna ventaja o preferencia a la hora de iniciar una relación. Quizás lo podamos traducir en el hecho de que si llega Bruno Mars y nos ruega por una cita no le diremos que no porque mide 1.65 metros.
La evolución juega un papel importante
Durante tiempos prehistóricos, las mujeres eran más atraídas por hombres altos, ya que su estatura representaba una ventaja como cazadores y recolectores de comida. Tal vez este gen de atracción inconsciente se ha transmitido a lo largo de la historia y por eso nuestra fijación con los chicos altos.
Pero ya no estamos en tiempos de las cavernas y ahora es menos probable que un cuerpo alto y atlético tenga mayor ventaja para conseguir la chuleta con la que alimentará a su manada; Mark Zuckerberg podría ser un buen ejemplo y tiene una estatura promedio, 1.70.
Entonces el punto de este interesante estudio podría estar en enfocar la atención en lo importante: la mejor relación se sostiene en la amistad, respeto y atracción, por lo que las medidas no son un factor tan importante, o al menos el crucial.