¿Ustedes cuantos días pueden estar sin bañarse? Seguramente a lo mucho unos dos días, pero ¿se imaginan pasar 50 años sin darse una ducha? Tal vez ni lo piensan y mucho menos lo desean. Sin embargo, hubo un hombre que aguantó medio siglo sin ducharse. Por desgracia, acaba de fallecer a los 94 años de edad.
Amou Haji, mejor conocido como “El hombre más sucio del mundo”, era nativo del pueblo Dejgah, en la provincia de Fars, en Irán, y era muy popular en todo el mundo por sus malos hábitos de higiene, pues el hombre no se bañaba por miedo a enfermarse. además, fumaba cinco cigarrillos a la vez e incluso llegó a aspirar estiércol de una tubería.
Amou siempre estuvo rodeado de muchos mitos, en los que se aseguraba que comía animales atropellados y carne podrida de puercoespín. Otros de los rumores sugerían que bebía cincos litros de agua al día que había recolectado de charcos o de baldes.
Claro que cuando hablamos de mitos, hablamos de probables invenciones de la gente, pero debido a su estilo de vida, se convirtió en una leyenda. De hecho, llegó a ser una atracción turística, ya que miles de turistas iban a visitarlo y compartían videos donde mostraban su comportamiento e incluso fue el protagonista de un documental filmado en el 2013 llamado La extraña vida de Amou Haji.
De acuerdo con su historia, Amou decidió dejar de bañarse por miedo a enfermarse, asegurando que sentía aversión al agua y jabón. Luego empezó a ensuciarse tras haber sufrido problemas emocionales y después de adoptar estos hábitos, comenzó a aislarse de los demás.
Según los especialistas británicos que le realizaron los últimos estudios médicos con el propósito de encontrar alguna enfermedad, a pesar de su forma de vivir, el hombre gozaba de buena salud. Sin embargo, en contraste a lo que ellos esperaban, aseguraron que Amou había conseguido desarrollar un sistema inmunológico muy fuerte.
Recientemente se notificó que Amou Hají se bañó por primera vez en 60 años y al poco tiempo falleció. Esto no quiere decir que la ducha haya sido la causa pero sí sorprendió a muchos la coincidencia con su constante miedo de enfermarse si se llegaba a bañar algún día.