Casarse es algo esperado por muchas mujeres (y por hombres también, por qué no) que desde pequeñas han soñado con su blanco vestido de princesa, sus zapatillas de cristal y su alto tocado con velo. Pero la verdad es que muchas personas no sueñan con la boda de cuento de hadas y prefieren personalizarla de acuerdo con sus gustos y creencias.
Tal como lo hicieron Elisabeth y Rune Dalseth, una pareja noruega que intercambió votos en una boda vikinga a orillas de un lago en Noruega, replicando un ritual que no se practicaba hacía más de mil años.
Antes de conocer a Rune en 2016, Elisabeth no sabía nada del estilo de vida vikingo, pero una vez que comenzó su relación con él se adentró en el misterioso y fascinante mundo de los pueblos nórdicos. En el 2017, el hombre le pidió matrimonio en un festival vikingo cerca de Oslo y para ese entonces ya sabían que querían una boda pagana fuera de lo normal.
Rune abrió por completo un mundo nuevo para mí y pronto me enamoré de la gente y la espiritualidad de ello.
La ceremonia fue precedida por un gothi (sacerdote pagano) y asistieron 130 personas vestidas con trajes tradicionales. Además, se incluyeron algunos aspectos de esta cultura como los drakkar (canoas largas), un ritual blót en el cual se sacrificó un cerdo y se le cocinó para servirlo en el banquete. Su sangre fue dispuesta en un gran caldero para salpicar las estatuas de los antiguos dioses, las paredes y a los asistentes.
Los invitados de los novios pudieron beber hidromiel, bebida típica de los nórdicos y bailar al ritmo de tambores y cuernos de caza.
La pareja siguió un ritual tradicional del siglo X: el novio llegó muy temprano a la orilla del lago con 10 de sus amigos para después partir en un bote construido especialmente para la ocasión y el sonido de un cuerno de caza marcó el inicio de la ceremonia.
Sin embargo, a pesar de que la boda y sus preparativos se desarrollaron sin problemas, tanto Rune como Elisabeth confesaron el escepticismo que tenían sus padres al haberlos criado como cristianos.
Creo que ahora han llegado a aceptarlo. Mi madre puede ver lo feliz que me hace el paganismo y cómo me ha ayudado a hacer mi vida. Antes de ser vikingo no tenía esposa ni bebé ni casa. Ahora mírame.
¿Tú te atreverías a desafiar lo convencional para tener una boda diferente de acuerdo con tus gustos?