Tal vez tú no eras la chica más hermosa cuando estabas creciendo, pero bueno, tampoco lo eran la mayoría de estas celebridades. De alguna manera pasaron por un rostro infantil sin gracia, algunos malos cortes de pelo, dientes grandes o chuecos y un peso bajo o excesivo para, tras la difícil etapa de la adolescencia, convertirse de patitos feos en cisnes.
Estas personas que hoy vemos en las portadas de revistas sólo son una prueba más de que los años combinados con esfuerzo siempre hacen justicia. Así que toma nota y aprende a amarte a ti misma. Siempre existen soluciones.