Imagina una fuente que en vez de agua dispense vino. Probablemente la idea suene algo descabellada, pero en la región de Abruzzo, al este de Roma, existe una fuente de este tipo.
Lo mejor de la Fontana del Vino es que cualquier persona puede disfrutar de la bebida sin pagar un solo centavo.
Según el diario británico The Telegraph, la fuente fue instalada por la bodega Dora Sarchese. Los visitantes entran en una estructura de barril gigante y se sirven tanto como quieran, sin tener que pagar absolutamente nada. Lo único que deben hacer para obtener este elíxir es llevar su propia copa o vaso.
La idea surgió como punto de ayuda y de reabastecimiento para los peregrinos que siguen el camino de Santo Tomás, que va desde Roma a Ortona (140 millas), para visitar la catedral de la ciudad donde se guardan los restos de Tomás, uno de los discípulos de Jesús.
Probablemente desde esta parada (obligatoria) siguen su camino con las mejillas rosadas y el ánimo elevado.
Pero esta no es la única fuente de vino en el planeta, hay otra en España. Se trata de una deliciosa cortesía de las Bodegas Irache, que ofrecen su vino a los peregrinos que transitan el camino a Santiago de Compostela, siguiendo la tradición de los monjes benedictinos. En esta fuente hay dos grifos, uno de vino y otro de agua, por supuesto casi nadie presta atención al segundo.