Muchas veces hemos escuchado la frase “la realidad supera ala ficción”, pero nunca terminamos de entenderla totalmente pues esas realidades casi siempre suceden a alguien más, esto les confiere un aire de leyenda. Pero para una familia la decisión de abrirle las puertas de su hogar a una nena sin padres se convirtió en una pesadilla que parece sacada de la película La huérfana.
En el 2010 Kristine Barnett y su ahora exesposo Michael, de Indiana, adoptaron a Natalia Grace, una niña ucraniana de aparentemente seis años que resultó ser una adulta de 22 con enanismo y severos trastornos mentales quien, además de engañarlos, trató de lastimarlos en numerosas ocasiones. Hoy la expareja se encuentra en medio de una demanda por abandono y negligencia.
Al principio todo parecía estar bien
Kristine y Michael adoptaron a Natalia en lo que para ellos era una “misión de amor” pues querían tener, al fin, una hija después de haber concebido a tres varones. Ellos sabían que la pequeña tenía un raro tipo de enanismo, pero eso no les importó y la llevaron a casa en mayo del 2010.
Para integrarla a la dinámica familiar y que se sintiera querida la consentían en todo momento, le compraban helados, jugaban con ella, fueron de vacaciones a Disneylandia y a la playa. Todo parecía ir viento en popa.
No tardaron mucho en notar que algo raro pasaba: Grace se rehusaba a jugar con muñecas, buscaba la compañía de adolescentes, su vocabulario correspondía al de una persona mayor, tenía vello púbico y menstruaba (cosa que trataba de ocultar al tirar su ropa interior a la basura).
Entonces la llevaron con un especialista para que le hiciera un examen dental y determinar su edad que resultó ser de mínimo 14 años. Aun así, los Barnett no se arrepentían de adoptarla y el único cambio que hicieron fue comprarle otro tipo de ropa en vez de vestidos rosas.
El comienzo de la pesadilla
Un año después las cosas se pusieron turbias, la salud mental de Natalia dio un giro inesperado y su comportamiento se volvió errático y violento, incluso peligroso. Según los padres adoptivos, aterrorizó a la familia.
Intencionalmente manchaba las paredes con fluidos corporales, gritaba amenazas de muerte, saltaba de carros en movimiento, trató de empujar a su mamá hacia una cerca eléctrica, decía que escuchaba voces y admitió tener 18 años. Ningún psiquiatra pudo ayudarla.
Ella dibujaba cosas extrañas y decía que quería matarnos a todos, envolvernos en una manta y enterrarnos en el jardín (…). Varias veces la vi verter químicos, cloro, Windex, cosas así, en mi café y cuando le preguntaba qué estaba haciendo me respondía ‘estoy tratando de envenenarte’.
No lo soportaron más
En 2012, con el respaldo de psiquiatras, los Barnett acudieron con un juez en Indiana para corregir su fecha de nacimiento y que, en vez de decir 2003, constara que nació en 1989, lo que en aquel tiempo supondría que tenía 22 años, la edad legal para hacerse responsable de sí misma.
Un año después la familia se mudó a Canadá para que su hijo con autismo continuara con sus estudios, pero dejaron atrás a la pequeña. Le rentaron un departamento por un año, le consiguieron una identificación, vales para comida y le comunicaron que ahora tendría que aprender a cuidarse sola, pero que la ayudarían a entrar a la escuela para que estudiara cosmetología y le hablarían todos los días.
Un nuevo comienzo
Grace pronto dejó de contestar las llamadas y la última vez que Kristine habló con ella (en el 2013), la pequeña le dijo que estaba cocinando espagueti para su nueva familia. Al parecer una pareja, Antwon y Cynthia Mans, solicitaron convertirse en sus tutores legales y restablecer su fecha de nacimiento original.
Además, pruebas que recientemente salieron a la luz determinaron que Natalia sí era una niña y que los Bernett lo sabían pues varios exámenes óseos hechos en el Hospital de Niños Peyton Manning en el 2010 y en el 2012 arrojaron como resultado que la pequeña tenía entre ocho y 11 años.
“No existe ninguna niña”
En el 2014, cuando Michael se divorció de su mujer, admitió saber que su hija era una infante al momento de dejarla sola en el departamento, y aunque sus abogados niegan estas palabras, los Barnett fueron acusados con dos cargos de abandono y negligencia, y esperan pronto ir a juicio.
Todas las partes de esta demanda tienen prohibido hablar sobre el tema en lo que se esclarecen los hechos, pero Kristine mantiene que el estado de Indiana no puede acusarla de crímenes contra una niña “cuando no existe una niña” y se ha determinado en varias ocasiones que Natalia es una adulta.