No creerás la experiencia que pasó este hombre, cuando en un reto entre compañeros de trabajo aceptó ir todos los días a la oficina usando maquillaje.
El resultado fue impresionante, tanto visual como socialmente; ya que el acto radical de ir por la calle, por el metro y estar en la oficina maquillado y con una gran sonrisa provocó las miradas reprobatorias de unos y las sorpresivas reacciones positivas y de apoyo de otros para este héroe involuntario del feminismo.
Descubre la historia de este hombre que dejó sin palabras a sus compañeros cuando cumplió triunfante el reto de salir maquillado durante una semana.
Comenzó como un reto entre compañeros
“Por la mañana, mi compañera de trabajo me vio con mi pestañas postizas y dijo: ‘esto hace que tus ojos resalten más’. El primer día traté de mantener mi maquillaje natural, así que sólo usé un poco de rímel en las pestañas y algo de corrector en las ojeras. Nada complicado”.
Día 1: a la oficina con un poco de rímel
“Estuve todo el día en reuniones, en la cocina, por los pasillos y realmente nadie notó mi maquillaje (lo cual es una locura); lo más que llegué a recibir de comentarios fue: ‘¿podrías decirle a tu papá que si puede venir a la oficina?’. Sin embargo nadie notó mi cambio de look”.
Día 2: base en polvo y algo de delineado en los ojos
“Tatuajes, aretes, teñirse el cabello; son cosas normales que puede usar un hombre, pero maquillaje ¡nunca! Eso es para chicas, reinas travesti, pero nunca para un hombre varonil… En mi oficina empezaron a notar el cambio y una chica comentó: ‘¡te ves como un cadáver!’. Ese día aprendí que no debo usar un tono más claro que el color de mi cuello”.
Día 3: el rubor en las mejillas hizo gran cambio
“La gerente de mi oficina me hizo saber que había recibido numerosos e-mails preguntando sobre mi maquillaje (ya estaba en la mira), y dijo que no pretendían ofender, que solamente tenían curiosidad; lo cual tenía sentido. Viajando en el metro comencé a notar el maquillaje de otras personas y su variedad: delineados de ojo de gato, contorneo y sombras, brillo labial e infinidad de pasos que evidentemente en mi tercer día de reto aún no domino”.
Día 4: color con un labial y sombras
“¡Desperté entusiasmado! Era el día que estaba esperando para poder poner ya algo de color en mi dramático experimento. Me impresioné con las críticas objetivas y cumplidos de las mujeres en mi trabajo, y me hablaron de técnicas, productos; sin embargo no pude evitar sentir la mirada desaprobatoria de los hombres que no veían nada más que no fuera mi cara”.
Día 5: Termina el reto con un look más dramático
“En mi último día del reto de la semana laboral me fui por colores más dramáticos: morado, gris; e incluso algo de brillos. No supe bien qué era contornear, pero también lo hice y creo que se nota, pues hasta siento que me veo más delgado. Recibí una buena respuesta en mi trabajo, pero camino a casa, de noche, un hombre me golpeó con su brazo y dijo: ‘con cuidado, marica’; no supe qué responder, pues lo perdí de vista.
Al final me arrepentí de lavarme la cara…
“Iba en el metro pensando en el hombre que me dijo ‘marica’, sintiendo cómo la gente me seguía mirando; sin embargo también recibí bastantes sonrisas y fue como un desfile de emoción en mi cara; fuegos pirotécnicos y risas, pues fue la primer vez en toda la semana que me sonrieron tanto, por lo que me arrepentí cuando me estaba lavado la cara”.