¿Alguna vez has terminado un libro? Es decir, ¿realmente terminarlo, de principio a fin? Obsérvate. Tomas una respiración profunda y te quedas ahí sentada. Sostienes el libro con las dos manos y la cabeza mira hacia abajo. Observas la portada, la contraportada… O la pared enfrente de ti.
Pero en caso de que lo logres y haya leído más de una vez, puedes sentirte agradecida, pensativa… como si un pedazo de ti hubiera ganado y otro perdido. Acabas de experimentar algo profundo, algo íntimo (¿erótico, tal vez?) Tuviste una metamorfosis intensa y un poco fugaz.
Es igual a cuando te enamoras de un extraño que sabes que nunca volverás a ver: padeces el anhelo y la tristeza de algo que se terminó, pero al mismo tiempo, te sientes satisfecha; completa por la experiencia, la conexión y la riqueza que se produce después de conocer a otra alma. Te sientes alimentada, aunque sea sólo por un rato.
Este tipo de lectura, de acuerdo con la revista Time, se llama “lectura profunda”, una práctica que pronto desaparecerá, pues ahora la gente está siendo más superficial y leyendo menos.
Los lectores, al igual que los que solían escribir cartas, son una especie en peligro de extinción.
La peor parte de esto es que se ha demostrado que los lectores son más amables y más inteligentes que el ser humano promedio, y tal vez sean las únicas personas de las que vale la pena enamorarse en este mundo superficial.
Según dos estudios realizados en el 2006 y 2009 por Raymond Mar, psicólogo de la Universidad de York en Canadá, y Keith Oatley, profesora de psicología cognitiva en la Universidad de Toronto, los que leen ficción poseen una mejor “teoría de la mente”, que es la capacidad intuitiva de comprender la propia mente y los estados mentales de los otros, incluidos opiniones, creencias e intereses aparte de los propios.
Estos lectores pueden considerar otras ideas sin rechazarlas y aún conservar las suyas. Si bien esto se supone que es una característica de todos los seres humanos, requiere de diferentes niveles de experiencias sociales. Probablemente esta sea la razón de por qué tu ex era narcisista. ¿Alguna ve lo viste con un libro? ¿Alguna vez hablaron de libros? Si no fue así, tal vez deberías considerar cambiar el tipo de personas con las que te relacionas sentimentalmente.
No es ninguna sorpresa que los lectores sean mejores personas cuando han experimentado la vida de alguien más a través de sus ojos, han aprendido lo que es salir de sus cuerpos y ver el mundo desde una perspectiva diferente.
Ellos tienen acceso a cientos de almas y tienen la sabiduría colectiva de todas ellas. Han visto cosas que nunca entenderás, y han experimentado la muerte de personas que nunca conocerás. Han aprendido lo que es ser mujer y hombre. Saben lo que se siente ver sufrir a alguien. Son sabios, más allá de sus años.
Otro estudio realizado en el 2010 por Mar refuerza esta idea, con resultados que demuestran que mientras más historias se les han leído a los niños, más desarrollan su “teoría de la mente” (ToM, en inglés). Así, mientras todos creen que sus hijos son los mejores, lo que leen son realmente niños más adaptables, más comprensivos y más inteligentes.
La lectura es algo que te moldea y se suma a tu carácter. Cada triunfo, lección y momento crucial del protagonista, se convierte también en tuyos. Cada dolor, cada pena y la cruda realidad, se convierten en algo difícil de soportar para ti. Has viajado con autores y experimentado diferentes emociones mediante su escritura. Has vivido mil vidas y aprendido de cada una de ellas como lector.
Si todavía estás en la búsqueda de tu otra mitad, esa persona que llene el vacío que hay en tu solitario corazón, entonces busca a estas personas que están a punto de desaparecer. Los encontrarás en un café, en librerías y parques. Los verás con mochilas o grandes bolsos. Él será curioso y emotivo: lo reconocerás en los primeros minutos de la conversación.
Él sin duda va a hablar contigo
Te escribirá cartas y mensajes en verso. Es detallista, pero no de manera desagradable. No se limita a responder preguntas y dar declaraciones, sino que contraataca con profundos pensamientos y teorías. Te va a cautivar con su conocimiento de las palabras e ideas.
Según el estudio, “¿Qué le hace la lectura a la mente?” de Anne E. Cunningham, de la Universidad de California en Berkeley, la lectura nos da una lección de vocabulario que los niños nunca podrían aprender en la escuela.
Hazte un favor y sal con alguien que realmente sabe cómo utilizar la lengua.
No sólo te escuchará, te entenderá
Sólo debes enamorarte de alguien que puede ver tu alma, llegar a tu interior y conocer tus más íntimos secretos, ésos que nadie más ha podido encontrar. Debe ser alguien que no sólo te conozca, sino que te entienda completamente.
Según el psicólogo David Comer Kidd: “Lo que los grandes escritores hacen es convertirte en escritor”. En la ficción literaria, el carácter incompleto de los personajes, de alguna manera entrena a tu mente para tratar de entender la mente de los demás. Esto se prueba una y otra vez con la gente que lee más. Su capacidad de conectar con los personajes que no han conocido hace que comprender a las personas que tienen alrededor sea mucho más fácil.
No sólo son inteligentes. Son sabios.
Ser demasiado inteligente puede llegar a ser desagradable, pero ser sabio es algo emocionante. Hay algo irresistible en alguien del que puedes aprender. Enamorarte de un lector no sólo mejora la conversación, sino el nivel de la misma.
Según Cunningham, los lectores son más inteligentes debido al aumento en su vocabulario y la expansión de su memoria, junto con su capacidad para detectar patrones. Tienen habilidades superiores a la de los no-lectores y pueden comunicarse de una forma mejor y más eficaz.
Encontrar a alguien que lee es como salir con miles de almas. Estarás ganando la experiencia que ellos han obtenido a partir de todo lo que han leído y la sabiduría de esas experiencias. ¡Es como salir con un profesor, un romántico y un explorador al mismo tiempo!
Si sales con alguien que lee, entonces también vas a vivir mil vidas diferentes.