Soltera e independiente no eran características de las mujeres en los años 20. Sin embargo, existieron algunas, como en todas las épocas, que rompieron con los convencionalismos; una de ellas fue Mary Landon Baker, quien a lo largo de su vida rechazó 65 propuestas de matrimonio.
¿Cuál es la razón por la que nunca se casó? Ella misma lo dijo, según lo documentado por The New York Times:
No me casé porque no encontré al hombre correcto, en el lugar correcto, en el momento correcto. Nunca he estado enamorada.
Hay mujeres que se dejan llevar por el convencionalismo de que el matrimonio es el fin de su vida y terminan casadas por cumplir o por temor a la soledad; o bien, idealizan y se unen a perfectos patanes que para nada son el hombre de sus sueños.
Mary era una rica heredera de la alta sociedad originaria de Estados Unidos, y fueron muchos los hombres a los que les dio un no como respuesta ante sus propuestas de matrimonio, pues consideraba que ninguno de ellos estaba a su altura.
Diferentes diarios en el mundo daban seguimiento a su vida romántica con el millonario Allister McCormick, hijo de una de las familias más ricas de Estados Unidos, y, por increíble que parezca, lo dejó plantado en el altar justamente a principios de la década de 1920. Y aunque le ofreció innumerables lujos, ella nunca aceptó volver con él porque no la hacía feliz.
A pesar de que muchos la catalogan como una mujer indecisa, Mary hizo varios intentos por encontrar el amor verdadero, pues algunos años después se comprometió con Bojidar Pouritch, un diplomático yugoslavo, quien terminó en la lista de rechazados al igual que un adinerado español, el actor Barry Baxter, y hasta un príncipe irlandés.
A causa de sus decisiones, Mary fue criticada en su época, pero ella decidió vivir la vida a su manera: viajando, amaba conocer otras culturas, bailar, reír, divertirse, no temía conocer gente y salir de paseo con quien quisiera, pero siempre teniendo en mente su objetivo: ser libre y feliz.