Dicen que lo barato sale caro y en temas de belleza, además del costo, puede afectar la autoestima. Por eso, en cuanto a nuestro cuerpo se refiere, lo mejor es no escatimar en gastos y acudir con profesionales para no terminar arrepentidas.
Jami Ledbetter es una madre soltera de 42 años originaria de la ciudad de Kansas, Estados Unidos, que aprendió a la mala. Como nació sin cejas, cuando sus hijas le regalaron un microblading su emoción era tal que jamás imaginó que terminaría con dos cejas más y un novio menos.
Un simple procedimiento se convirtió en una pesadilla
La intención de sus hijas era buena y cuando encontraron a una “experta” del microblading que cobraba solo 250 dólares por un procedimiento que normalmente cuesta mil dólares, creyeron que era toda una ganga y no lo pensaron dos veces.
Al finalizar el tatuaje, Jami se miró al espejo y con horror descubrió que tenía ¡cuatro cejas! Para ella, más que una estafa, significó un daño a su autoestima, por lo que sus salidas a la calle se limitaron a ir al trabajo y a la tienda solo en ocasiones sumamente necesarias.
Su novio la dejó
Como si el hecho de tener cejas dobles y la autoestima por los suelos fuera poco, su novio la dejó: “estaba devastada, en ese entonces estaba saliendo con un hombre y me abandonó a causa de mi apariencia”.
Intentó disimular el error con maquillaje pero fue imposible por la fuerte pigmentación, así que decidió (valientemente) acudir a otro salón de belleza para que camuflaran las cejas extras. Pero según Jami, empeoró las cosas: “Fue muy doloroso, traté de tener una buena actitud, pero solo me quemaba y lastimaba”.
Se necesitaron 24 horas para enmendar el catastrófico error
Finalmente conoció a su salvadora, Kara Gutierrez, una profesional de la belleza certificada en el uso de cosméticos semipermanentes y la remoción de tatuajes a través de un producto aclarante.
“Cuando la vi tuve que contener el llanto, era lo peor que había visto”, expresó Kara. Pero tres meses después, 24 horas de sesiones en total y un gasto de mil dólares, sus cejas volvieron a la normalidad y Jami aprendió la lección: las cosas baratas pueden ser una terrible trampa.
Antes de hacerte un microblading, infórmate
Habla con mujeres que hayan recurrido a este tratamiento y que, obviamente, hayan obtenido resultados favorables. Busca recomendaciones en Internet, visita estéticas y estudios de tatuajes, pídeles que te muestren su portafolio, pregunta por los cuidados, las ventajas y desventajas… Cualquier duda que tengas es válida.
Ten en cuenta que un profesional no te va a regalar su trabajo, pues tanto la preparación como el material de calidad representan una inversión considerable. Solo recuerda a Jami y no te dejes guiar por las ofertas y los precios bajos. ¡Invierte en tu apariencia!