La amistad significa hermandad y lealtad, eso lo saben muy bien las mejores amigas Helen Ashley y Lauren Franklin. Desde que era niña, Helen vive con insuficiencia renal, pero con el paso de los años la enfermedad se agravó tanto que su cuerpo necesitaba un trasplante para poder continuar con su vida.
La lista de espera para recibir un riñón a través de un donante fallecido era muy larga, por esa razón su mejor amiga, Lauren, se ofreció como voluntaria. Como se trataba de un donante vivo, los médicos hicieron que todo funcionara a la perfección.
El trasplante fue un éxito
Lauren era una donante viva, lo que dificultaba que el riñón se adaptara al cuerpo de su amiga, pero se arriesgaron y se sometieron al procedimiento. El trasplante fue un éxito y las chicas se recuperaron de manera excelente.
Días después, Lauren caminaba por el hospital
En una publicación en redes sociales, Helen dijo que el procedimiento había sido “relativamente simple” y que Lauren estaba caminando por el Centro Trafford días después de la operación como si no hubiera pasado nada:
Fue una operación relativamente simple para ella, realizada en gran medida a través de un pequeño orificio. Tres días después de estar en cama en el hospital, caminaba como si no hubiera pasado nada; al cuarto día le habían dado el alta y ya estaba de regreso en su casa.
Helen solo pudo agradecer, por tan noble acto, a su mejor amiga
Mi mejor amiga es absolutamente hermosa y me dio el regalo de vida más desinteresado de todos: me donó uno de sus riñones.
Esta mujer realmente es una supermujer.
Lauren ahora tiene unas pocas semanas de descanso en el trabajo pero, aparte de eso, la operación no le afecta. Acaba de casarse y planea continuar forjando su carrera, que construyó desde los 25 años, y planea tener bebés en el futuro.
Estoy difundiendo esta historia como una manera de expresar mi gratitud hacia mi amiga. Espero animar a otros y mostrarles que quedan algunos diamantes en el mundo, yo tengo uno de ellos.
Afortunadamente Helen pudo encontrar un donante
Actualmente hay más de 4,600 pacientes en Estados Unidos en una lista de espera para trasplante de riñón.
Solo necesitamos un riñón para vivir una vida normal, por lo que no hay efectos secundarios reales para el donante. Con el regalo de Lauren puedo seguir viviendo la vida con abundancia de energía, puedo ser capaz de tener una familia, lo que no hubiera sido posible sin un nuevo riñón, y progresar en mi carrera sin las interrupciones semanales de visitas al hospital que hacía para tratar mis diálisis.